Rocío Dúrcal en las Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima

Zafarrancho Vilima - Un pódcast de Zafarrancho Vilima

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En esta ocasión recordaremos brevemente la intensa vida de María de los Ángeles de Las Heras Ortiz, La Panchita de nosotros. La pequeña Marieta nació el 4 de octubre de 1944 en el modesto barrio madrileño de Cuatro Caminos. Su madre, María, era ama de casa y su padre, Tomás, camionero, pero tuvo que ir cambiando de trabajo a medida que iba teniendo niños, porque tenía más puntería que un cura del Opus. Intentó trabajar probando cigarrillos en Tabacalera para que le bajara la fertilidad pero acabó en la Seat probando el 127, así que tuvo que conformarse con ponerle a la mujé una careta de la Infanta Elena. 6 niños en total, Marieta, la mayor, y sus 5 hermanos, uno por cada vez que la niña pedía un Nenuco por Navidad. Según su madre Marieta era más tranquila que una funcionaria de la Junta de Andalucía excepto en los momentos en los que no conseguía lo que quería, que se convertía en el malo de los Gremlings. Durante un tiempo, la niña y su familia vivieron en la casita de la Institucíón Sindical de la Paloma donde su abuelo paterno era conserje, pero al poco se mudaron a Valencia porque estaban más justos que un Tucson en el parking de El Duque. Allí, en la ciudad de las naranjas, la horchata y el arroz que se les pega siempre en el fondo de la paella, vivió cuidando de sus hermanos y de la casa, por lo que faltaba más al colegio que una funcionaria a la Junta de Andalucía. Por eso, cuando llegó el momento de empezar su escolarización, los padres temieron que no quisiera ir y se les convirtiera en Belén Esteban, pero por suerte Marieta estaba encantada y despertó el primer día de colegio a toda la familia a las 4 de la mañana, en parte porque estaba nerviosa, en parte porque era una mihita siesa. En ese tiempo en la escuela fue cuando deseó ser actriz, pero ocultó sus sueños como el que oculta que le gusta la tortilla de patatas con cebolla, por vergüenza y porque los niños en el colegio son un poco hijosdeputa. Lo que sí hacía era cantar y cantaba tan bien que las compañeras no la dejaban descansar en el recreo y la obligaban a dar pequeños conciertos que gustaban a todo el mundo menos a la Macarena Olona del colegio que se enfadaba por no ser ella la protagonista y guiaba a un pequeño grupo de imbéciles para pegar a nuestra querida Marieta, aunque ella y sus fans no se amedrentaban y nuestra protagonista acababa encabezando a su pequeño grupo a lo William Wallace, con la falda de cuadros del colegio de monjas y gritando “¡LE VOY A DAR UN DATO, SEÑORA OLONA!” Y aunque sus padres reconocían el talento de su hija, la metieron a trabajar en una peluquería, que la música alimenta el alma pero no a una familia de 8. O sí. Al menos eso creía su abuelo que la llevaba en secreto a todas las emisoras de radio que organizaban algún concurso hasta que a los 15 años la inscribió en “Primer Aplauso” de TVE. Ella cantaba risueña y Luis Sanz, un cazatalentos madrileño, llamaba por teléfono a la tele para que le dieran el nombre y la dirección de esa niña antes de que hubiera terminado su actuación y no se la quitara nadie, que era el comprar Bitcoins de antes. El Buscatalentos, representante en ese momento de Carmen Sevilla, Paquita Rico y Lola Flores, fue a su casa al día siguiente para lanzar a la niña al estrellato, pero sus padres se mostraron cautos. Al final cedieron porque la niña se convirtió en el malo de los Gremlings. Y así nació la gran Rocío Dúrcal, Rocío porque querían un nombre fresco y Dúrcal porque la muchacha cerró los ojos, le dio vueltas a un mapa y puso el dedo en ese pueblecito de Granada llamado Dúrcal. Ojo, que la historia es muy bonita pero le podría haber salido mal, que en Lugo hay un pueblo que se llama “Villapene”. En esta época tenía la melenita con las puntas pa fuera, la sonrisa de la inocencia de quién no sabe dónde se mete y la carita redondita como un mollete de Antequera. Rocío no sólo cantaba bien, era guapa y fotogénica por lo que sólo necesitó una película para triunfar, “Canción de Juventud”, a la que seguirián muchas otras antes y después de irse a Méjico y decirle a los mejicanos “QUITA QUE TÚ NO SABES”. Rocío tuvo muy pocos novios pero se lio con Juan Pardo que formaba el grupo musical “Los Brincos” con Júnior. A Júnior en verdá le gustaba Marisol, pero Rocío, que había roto con Juan Pardo, le dijo a Júnior que le gustaba más que un dursesito de La Camapana y él cayó rendido a sus pies. Se casaron el 15 de enero de 1970 y tuvieron 3 hijos, Carmen, Antonio y Sheila de los Ángeles, (que es el Shakira María de antes) a los que empezó cuidando ella hasta que se dieron cuenta de que era Rocío la que ganaba más dinero y entonces Junior, que era una mezcla entre Camilo Sesto y tu primo el del pueblo que se volvió loco en Barcelona, se quedó de amo de casa Rocío Dúrcal se convirtió en la GRAN ROCÍO DÚRCAL, pero desgraciadamente un bichito se la llevó antes de tiempo un 25 de marzo de 2006 a los 61 años de edad, aunque ustedes siempre podrán recordarla cada vez que un niño se convierta en el malo de los Gremlings o vean a una funcionaria de la Junta de Andalucía.