Reina Isabel II en las Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima
Zafarrancho Vilima - Un pódcast de Zafarrancho Vilima
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Hoy recordaremos la condensada pero no siempre dulce vida de la mujer que más ha saludado del mundo, Elizabeth Alexandra Mary Windsor, la Isabel II de ellos. La pequeña Isabel nació en London el 21 de abril de 1926, hija mayor de los Duques de York, tenía menos posibilidades de acceder al trono que Froilan. Su infancia la pasó junto a su hermana Margarita en el 145 de Piccadilly, que es la Calle Sierpes de ellos. Lilibet, como la llamaban en su casa, no fue al colegio porque para asegurarte que tu hija sea una buena hija de la gran Bretaña es necesario ponerle una institutriz, a poder ser, vestida siempre de negro y con más mala cara que Carlos Herrera cuando gana el PSOE. Cuando el yayo de Isabelita, Jorge V, se dio de baja en Sanitas en 1936, subió al trono su tío, el rey Eduardo VIII, que mantenía una relación con una americana divorciada dos veces y que tuvo que abdicar cuando le dieron a elegir entre casarse con ella o la corona del Burger King. Duró menos en el trono que Jesús Cintora con “Las Cosas Claras”. Y así fue como a los 10 años Isabel se convertía en la heredera de la corona al subir su pare al trono y convertirse en el rey Jorge VI, que por lo que sea se llamaba Alberto. A partir de entonces su educación se basó en tó lo que le enseñan a las futuras monarcas: Chino, Equitación, Vela y a comerse las gambas pero sin chupar la cabeza. Cuando estalló la IIWW, llevaron a la chiquilla de un castillo a otro que parecía un cobrador del Ocaso, hasta que en 1942, con 15 años, le dijeron que dejara de hacer la carajota en el Tik Tok que había que nombrarla Coronel en Jefe, Consejera de Estado e hija predilecta de Bollulos del Condado por si a su padre algún día le coincidía alguna cosa importante con el podólogo, que fuera ella. En marzo de 1945, a un mes de cumplir los 19 y justo antes de concluir la guerra, ingresó en el servicio auxiliar de transportes conduciendo una ambulancia pa sacarse gratis el BTP. Dos años después, en 1947, se casó con Felipe, príncipe de Grecia y Dinamarca, descendiente de los Romanov y de la casa de Sajonia, que tenía más pasaportes que Matt Damon en el Caso Bourne. Con él tuvo al Oreja, que le facilitó mucho los siguientes partos, a la niña, y ya tenían la parejita, y por si acaso, al guarro y ar chico, que ni la madre se acordaba del nombre. En 1952, el rey Jorge VI que en verdá se llamaba Alberto, le dio una calá mu fuerte a un cigarro y no se levantó más del sofá orejero, convirtiéndose la joven Isabelita de 25 años en Isabel II del Reino Unido e Irlanda del Norte, que era el País Vasco de ellos. Al Oreja no le gustó mucho que su madre fuera reina porque tenía que pedirle audiencia pa que le diera 5 duros pa los chuches y tenía que llamarla “Su Majestad” porque ella fue siempre muy humilde. Le daba más cariño a los perros que a los hijos, por lo que no es de extrañar que luego los hijos no sepan pedir por favor que le retiren el tintero de la mesa. Después de la IIWW, el poder político de la monarquía británica era más flojo que el beso de una suegra, así que Isabel se inventó lo de la Commonwealth para hacer creer a los súbditos que el imperio británico seguía siendo tan grande como su ego. Para hacer a la familia real más accesible al pueblo dispuso en 1960 que todos sus miembros que no fuesen príncipes o altezas, llevase el apellido Mountbatten-Winsord, que en su cabeza le sonaría a ella a Pérez Álvarez. En 1988 fue la primera y única vez que Isabel de Inglaterra visitó España, la montaron en el yate del campechano, la llevaron a un colegio inglés, como si en su país no hubiera y la llevaron a comer chicharrones y montaitos de palometa con roquefort. De copas no, porque no había presupuesto pa tanto. Ya sabemos que en el año de la Expo pasaron muchas cosas, y no iba a ser menos en la vida de Isabel II. En 1992 el guarro se separó de Sarah Ferguson, la niña también se divorció y Lady Di le preguntó al Oreja y 15 periodistas que quién caraho era Camila. Pa colmo en 1996 se le incendia el palacio de Windsor y Lady Di se divorcia del Oreja, que ya tenía el cepillo de dientes en casa de Camila. Ya en esta época se ponía los sombreros de colores de los que asomba siempre el mismo peinado, que parecía que se los cambiaba como un clip de playmobil y tenía el hígado como la guinda de un Mon Cherié. Al año siguiente, en 1997, muere misteriosa y accidentalmente Lady Di, y el pueblo británico le coge un poquito de coraje a la monarquía, así que Isabel II empezó a pagar impuestos por sus bienes e ingresos y empezó a visitar a víctimas de terrorismo, pero sin tocar, que ella se estaba acercando al pueblo, pero sin fliparse. En 2005, el Oreja se casa con Camila con la condición de que no llegará a ser reina consorjajajajaja. Luego en el 2008 el nieto pelirrojo, como si no tuviera ya bastante con eso, se le casa con una afroestadounidense, como si ella ni fuera clasista, ni rancia, ni nada. Después de tantos disgustos se dedicó a hacerle jerseys de ganchillo a los árboles y a ponerse la corona esa con más piedras que una playa de Almería de vez en cuando. Como todos sabeís, Isabel II nos dejó el pasado 9 de septiembre a los 96 años, pasando el oreja a ser el rey Carlos III y Camila, la reina consorte. Aunque ustedes siempre podrán recordarla cuando un rey pague impuestos para limpiar su imagen o se coman un Mon Cherié.