Luis García Berlanga en Las Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima

Zafarrancho Vilima - Un pódcast de Zafarrancho Vilima

Categorías:

Hoy os voy a contar las aventuras, desventuras y Ice Ventura de Luis García-Berlanga Martí, guionista y director de cine cuyo buen hacer en la industria del cine creó todo un género cinematográfico que llevaría su propio nombre: el berlanguiano. Berlanga nació en Valencia en 1921 en el seno de una familia acomodada y en el coseno de grandes terratenientes y pa que veáis que en este país la meritocracia es evidente, palpable e inimputable, su abuelo y su padre eran… ¡POLÍTICOS! Si es que una cosa te lleva a la otra y claro… Esto solo demuestra que el hecho de que los influencers de hoy lleven apellidos compuestos es algo que ya se hacía antes. Total, que el bueno de Berlanga ya hizo algo que también se hace hoy, que es ser el rebelde de la familia, pero teniendo las espaldas bien cubiertas que el Royal Canin para los galgos y la furgoneta camperizada para pasar el verano en Ibiza escuchando a Macaco a todo lo que da no se pagan solas. Y él estaba tan convencido de sus ideales que se alistó a la División Azul para luchar con los Nazis en contra de la Unión Soviética, para evitar represalias. Ya sabéis que la División Azul fue un grupo de combatientes que cantaban cosas como Margarita se llama mi amor para acojonar al enemigo y sobre todo desmoralizarlo. Una gracia de Franco para devolverle el favor de la legión Cóndor a Hitler. Hitler, un gachó con el que comparto una cosa. Sí, sí yo con Hitler y es que a ninguno de los dos nos gusta la gente que no es clara. Bueno, volviendo con el bueno de Berlanga, empezó a estudiar derecho y luego filosofía y letras escribiendo sin pretenderlo el guión que tantos niños de papá repetirían después. Porque tener pasta de nacimiento suele dejar como secuela el no tener mu claro lo que uno quiere hacer con su vida mientras el plato de lentejas te lo pone otro en la mesa. Y es aquí donde, por fin, descubre su vocación: Pupá, quiero ser cineasta!! En 1947 se inscribe en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas de aquí de Madrid y ahí empieza a hacer cortos mientras el resto del país, de comida, andaba corto. Berlanga demuestra ser un gran aficionado al erotismo ¡Nos ha jodío! Y codirigió una colección literaria sobre el tema que concedía el premio sonrisa vertical, porque él todo lo que sabía del sexo era por lo que había leído. Y como todo no iba a ser tocarse los güevos, se pone a trabajar duro para dejar un legado cinematográfico amplio, vasto y brillante dejando auténticas joyas que a día de hoy siguen tremendamente vigentes. Forma tándem con el ingenioso guionista Rafael Azcona y juntos firman obras maestras como ‘El Verdugo’ donde le echan arrestos a la cosa y producen una furibunda crítica al régimen franquista y a su dedicada devoción a ejecutar a gente que, por lo que sea, no les convenía que respirara. Destaca la parodia ‘Bienvenido Mr. Marshall’ donde Berlanga ridiculiza la posición española con respecto al gobierno americano. Años después Aznar haría su propia remake de este clásico…¡Estamos trabajando en elluu! Su sello lo llevan otras muchísimas obras, como Plácido que dejó para la posteridad la frase: Siente a un pobre a su mesa; la trilogía Nacional con la Escopeta Nacional, Patrimonio Nacional y Nacional III de visionado obligatorio para todo aquel que quiera entender cómo fue la transición española y además darse un buen lote de reír, o La Vaquilla, un retrato de la sinrazón de la guerra civil española con la que usted podrá llorar… de risa. Se casó en 1954 con María Jesús Manrique de Aragón y tuvieron cuatro hijos todos ellos vinculados con las artes, el cine y los medios de comunicación. Falleció el 13 de noviembre de 2010 en su casa de Pozuelo de Alarcón por causas naturales, ¡ojo!, que por causas naturales también falleció Kennedy, porque si te meten tres tiros en la cabeza lo natural es que te mueras. Pero vamos, que en este caso se refiera a que murió de viejito habiendo dejado un legado de incalculable valor artístico, social y cultural y ustedes le podrán recordar siempre que quieran llorar de risa o piensen, como Hitler, que no les gusta la gente que no es clara.