Kurt Cobain en las Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima

Zafarrancho Vilima - Un pódcast de Zafarrancho Vilima

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El pequeño Kurt nació en un pueblecito de Washington el 20 de febrero de 1967. Sus padres, Donald (buena ensaladilla) y Wendy tenían ascendencias inglesa, irlandesa, alemana y francesa, aunque ellos en casa hablaban murciano. Kurt tenía una hermana chica, Kimberly, que era como Kurt pero en “graciosa”. Cuando Kurt tenía 6 meses, la familia se mudó a la capital del condado, una ciudad industrial maderera en declive con más paro que Cádiz, PERO con muchas casa vacías sin el cartel de Securitas Direct. Donald trabajaba de mecánico en una gasolinera ganando menos que un becario en el restaurante de Ferran Adriá , pero como en el pueblo había menos gente que en una mudanza, no tuvieron problema para encontrar una casa baratita más grande sin pagar la mensualidad de la inmobiliaria. Desde chequetito ya se notaba que el niño no iba a coger ciencias puras, eso sí aprendió a tocar el órgano casio de oído y sacaba ritmos en una batería infantil. En la guardería destacaba en plástica, sobre todo las actividades con el punzón de pinchá en el corcho. A los 6 años le cogió el gustillo a la guitarra de su tía y así aprovechaba para no escuchar las broncas de sus padres porque cuando el dinero sale por la puerta, el amor salta por la ventana. Donald intentó arreglar la situación y en 1974 dejó el trabajo de mecánico en la gasolinera para entrar de administrativo en una empresa maderera, pero le dieron gran cobaso y le hicieron un contrato en prácticas. Ganando menos que en la gasolinera, las broncas se escuchaban hasta en el 96.9 de la FM y acabaron divorciándose, quedándose la madre con la custodia de Kurt y su hermana. La madre se juntó con un estibador del muelle que ganaba el doble que su ex, que tampoco era pa poder comprar aceite, y que sacaba más la mano que un catador de sandías, por lo que la madre acabó bebiendo Don Simón en el escaloncito del Porche. El niño se fue con su padre que se volcó en él hasta que se casó con otra mujer que tenía dos hijos y ya Kurt dejó de estar por encima de todo. Lo más bonito que le había pasado a Kurt hasta este momento era que a la enfermera no se le cayera de las manos al nacer. Este trauma familiar marcaría un carácter violento, rebelde, desagradable y un poquito espeso, que llevaba más mierda encima que la capa de John Nieve. El padre lo llevó al psicólogo que le dijo “madre míaaa, la que ha liao el pollito” y le recomendó que no le jodieran más la vida al muchacho. Pero ya era una mihita tarde, a los 14 años Kurt hablaba de hacer un Robin Williams como el que da las buenas tardes y empezó con los porrito y el LSD, que viene mu bien pa los desórdenes psicológicos. Era 1981 y su tío Chuck le regaló una guitarra a ver si metía al niño en verea. No lo consiguió pero Spotify le agradece mucho el gesto. En 1983 descubre el Punk Rock en un concierto de los Melvins, donde estaba Osbourne, Buzz, no Bertín, que le daría material y muchos consejos, así que Kurt decide formar su propia banda, por la que pasó más gente que en “Siempre Así” hasta que finalmente se consagró el grupo que acabó haciéndose conocido en el circuito grunge como NIRVANA. Muchos fueron los éxitos que encumbraron a esta banda, “About a girl” (“¡AY, OMA, QUÉ RICA! en español), “Smells like teen spirit” (“Date un agüita” en español) o “Come as you are” (“Ahora entiendo que no te quiera ni tu perro” en español). Pero el estrés de las giras junto a las depresiones que sufría el cantante lo hicieron refugiarse en la heroína, que lo hacía desmayarse continuamente, como las malas de las novelas cuando les dan un disgusto. En 1988 conoce a Courtney Love, otra que también hacía dibujos mu chulos con el punzón y dos años después, el 24 de febrero de 1992 se casan y se van de luna de miel a la Expo. En agosto de ese mismo año nace su hija Frances Mckee, seismesina, angelito. En este momento Kurt decide dejar las drogas, pero siempre lo dejaba pa el siguiente lunes. Aquí ya tenía la melenita rubia, los vaqueros que los tenía que amarrar pa que no se fueran solos a la lavadora, una camiseta blanca del Primark y una camisa verde abierta que se había encontrao una noche en un Pub. Kurt no soportaba la comercialización del grunge, lo que lo llevaba a refugiarse aún más en las drogas, que si se hubiera puesto a comer nocilla no hubieran tenido los de SinAzúcar.org terrones pa hacer torrecitas. Lo increíble era que nada de esto afectaba a su creatividad, pero cuánto más éxito tenía, más se agobiaba er gachó. Intentó hacer un Marilyn Monroe lo menos 3 veces, pero como siempre llegaba alguien que le daba golpecitos en la espalda y lo espabilaba, al final el 8 de abril de 1994, con 27 años se hizo un Froilan en el flequillo que le dejó la cabeza como a Pierluigi Collina, aunque ustedes siempre podrán recordarlo cada vez que se den un agüita o una mala de novela se desmaye por un disgusto.