Jesús Puente en Las Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima
Zafarrancho Vilima - Un pódcast de Zafarrancho Vilima

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Hoy recordaremos al entrañable Jesús Puente Alzaga, el hombre que se consideraba un “pequeño accidente y nada más”. El pequeño Jesús nació en el barrio madrileño de Lavapiés el 18 de diciembre de 1930, un año antes de la 2a República y 3 años antes de que las mujeres españolas votaran por 1a vez, que esto no tiene nada que ver con Jesús Puente pero Zafarrancho Vilima educa, Zafarracho Viima divierte. El padre de Jesús fue albañil, contratista, torero, policía y, por lo que se ve, un poco indeciso. La cosa es que nunca trabajó mucho tiempo en ningún sitio como pa cobrar trienios, así que nuestro protagonista no tuvo de chico juguetes ni calefacción y pasaba más hambre que Mahoma en Jabugo. Jesús se iba andando detrás del tranvía para ahorrarse los 10 ctmos y comprarse un chusco de pan, que ya se podría haber ido el tonto detrás de un taxi y se hubiera ahorrao más. Su infancia y adolescencia las pasó entre Madrid y Burgos, pasando más frío que en el pasillo de los yogures de Simago. Cuando terminó el instituto le mandaron una notificación al correo de yahoo para informarle de que le había tocao hacer la mili en el norte de África, un periodo de 18 meses entre Tetuán y Xauen del que decía que “Fue muy dramático, pero no hay rencor HIJOSDELAGRANDÍSIMapurr…” Cuando volvió de la mili hecho un hombre de su tiempo, con su peaso mostacho y el pelito que ya na más que le crecía como a Torrente, comenzó los estudios de medicina, aunque quiso el destino que un día perdiera el tranvía que le llevaba a la universidad y no le dejaran entrar en clase por llegar tarde. En vez de ponerse a jugar al mus, cómo hacíamo tor mundo, Jesús se fue a pasear y vio un cartel que rezaba “APÚNTATE AL TETO” Y SE ALEGRÓ MUCHO DE HABER PERDIDO EL TRANVÍA. Pero pasados unos meses lo llamaron para los ensayos porque se había apuntado al TEU, el grupo de “Teatro Español Universitario”. Jesús Puente abandonó los estudios de medicina en 40 de carrera y debutó en el teatro en 1954, pero aquello salió peor que la boda de Lolita y nuestro incipiente actor se pasó al TEU nacional donde conoció al director José Luis Alonso que lo metió en teatro de cámara, un grupo que hacía 2 cosas que no le gustaban a Franco: Potajes de legumbres y representaciones de obras de Albert Camus. En esta época Jesús tenía la carita gordita como un mollete artesanal de pueblo, losojillo siempre como si le molestara la claridad y una elegancia que no llegaba a ser empalagosa. Era una mezcla entre Arturo Fernández y José María Carrascal. En los 60 se casó con la actriz de doblaje María Luisa Rubio con quién tuvo a sus dos primeros hijos, Ágata y Jesús, y quién lo llevó más allá del teatro gracias a un contrato con “Sevilla Films”. Y es que este hombre también se dedicó a la radio y al cine. Con su característico tono de voz llegó a doblar más de 300 películas. Lo podemos escuchar en los labios de James Stewart en “Qué bello es vivir” o en los de Alec Guinness en “Lawrence de Arabia”, hasta que descubrieron a Constantino Romero. En 1957 debutó en el cine con “Las muchachas de Azul” aunque siempre dijo que hacía cine puramente alimenticio, pa llenar la nevera pa los niños. Ya al final de su carrera rodó con José Luis Garci dos películas nominadas al Oscar como mejor película extranjera, y con esas ya estaba más contento, aunque yo creo que su mejor obra fue el anuncio del atún claro Calvo en 1979. En 1974 se casó en segundas nupcias con el que fue el amor de su vida, Leticia Calderón, con quién tuvo a su tercera hija, Jesusa, no se fuera a perder el nombre de su padre. Y entonces llegaron los canales privados de televisión que hicieron a Jesús rico como si hubiera comprado dos bitcoins a 18€ en noviembre de 2012. En marzo de 1990, recién nacida T5, lo ficharon para presentar el concurso “Su media naranja” por el que ganó un premio Ondas que no sería el único de su carrera, porque se lo merecía y porque le dejaban aplicar. Por supuesto, sobra decir que ganó también unos cuantos TPs de Oro. En 1994 se va el tío chaquetero a A3, a la competencia, para sustituir a Isabel Gemio en “Lo que necesitas es amor” (que ahora tendría que llamarse “Lo que necesitas es una piña en el carro” o también “un caramelo en el tarro”). Todo este éxito lo llevó a abandonar su segunda vocación, los toros, porque Jesús Puente era probablemente un excelente cuñado DE ANTES: presumía de no haber usado nunca el pasaporte ni de tener carnet de conducir, de no encargarse de la matrícula del colegio de los niños ni de aceptar cumplidos. Él sólo se vanagloriaba de su calvicie porque cada hombre se consuela como le sale del peńdulo. Desgraciadamente, el 26 de octubre de 2000, Jesús nos dejaba a los 69 años de edad pero ustedes siempre podrán recordarlo cada vez que se crucen con alguien que lleve un peaso de mostacho o recuerden que deberían haber comprado ese bitcoin en noviembre de 2012.