Ennio Morricone en las Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima

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Hoy recorreremos la intensa carrera de un italiano mundialmente de oído conocido pero que si se sentaba en un bar no lo reconocía ni el representante, hoy hablaremos de Ennio Morricone (Shisharrone en Italiano). El pequeño Ennio nació en Roma el 10 de noviembre de 1928, fue el mayor de los 5 hijos que tuvieron su padre, corneta de la Centuria Romana Macarena, y su madre, ama de casa que se tuvo que meter a trabajar en una tienda porque el padre ganaba menos que un podcaster. Vivía en el barrio de Trastevere, que es la Triana de ellos, y de muy pequeño aprendió a tocar la trompeta porque era lo que tenía a mano en casa. Los vecinos siempre le agradecieron al padre que no dejara el taladro al alcance del niño. A los 6 años ya había compuesto su primera obra; Yo a los 6 años no diferenciaba el chopped de la mortadela. Como Ennio era tan activo la madre quiso apuntarlo a furbito, pero él se escapaba y se iba a tocar a la orquestina aficionada de Constantino Ferri, que era como tocá en una chirigota callejera. Viendo el padre que de la cantera del Betis no iba a salir, lo matriculó con 9 años en la Academia Nacional de Santa Cecilia para estudiar trompeta. A estas alturas el niño tenía los labios como Carmen de Mairena. 3 años después fue escogido por la institución entre otros estudiantes para formar parte de la orquesta, que es la mejor forma de tener una buena orquesta totalmente gratis. A los 12 años el padre lo apuntó al conservatorio, que lo llevaba en coche hasta la mismísima puerta, porque si tú no aparcas en la puerta del conservatorio, el niño no triunfa. En 1943, cuando el pequeño Morricone tenía 15 años, los profesores se dieron cuenta que el niño tocaba los pulsadores de la trompeta como los que hacen competiciones de los cubos de Rubik y lo animaron a apuntarse en un programa de armonía que duraba 4 años, pero él lo hizo en 6 meses, porque el padre aparcaba en la puerta. Cuando terminó le dijeron los profesores que se dedicara a la composición, como cuando tú terminabas antes la tarea en clase y te decían que te pusieras a dibujar. pero como el curso estaba ya empezado, se tuvo que esperar al año siguiente. Mientras tanto, el director Alberto Flamini, que tiene nombre de postre del Aldi, lo escogió como segunda trompa para su orquestina. Lo que Morricone tenía que hacer era doblar las líneas del primer trompeta, que no era otro que su propio padre. Así Ennio se acostumbró a los escenarios profesionales haciendo de eco de su padre para las tropas americanas afincadas en Italia después de la IIWW. En 1946, a los 18 años, consigue por fin el título de trompetista e inicia su carrera como compositor de música “culta”: piezas corales, música de cámara. Pronto se daría cuenta que haciendo esa música iba a tener menos trabajo que el ordenanza de un ayuntamiento. Durante la década de los 50 completó su formación compositiva y en 1955 comenzó a arreglar música para películas pero de otros compositores. Actividad que tuvo que interrumpir porque se tuvo que ir a tocar la corneta a Cerromuriano. Cuando se licenció un año después se casó con Maria Travia, y al año siguiente tuvo a su primer hijo, Marco, porque los niños primogénitos italianos se llaman Marco o Alessandro. Por motivos totalmente económicos, aceptó su primer trabajo serio como asistente de dirección en la RAI, la Televisión Española de nosotros, pero el primer día de trabajo abandonó, que no le dio tiempo ni a poner un elefantito en la base del monitor. Pero Ennio hacía como en las películas cuando despiden a alguien y no quieren que la mujer se entere y se iba a un seminario impartido por John Cage. Uno. La mujer no se daba cuenta porque Morricone ganaba algún dinerito haciendo arreglos para series de televisión y componiendo “camitas” para programas de radio, que le dieron cierta popularidad. Pero en un giro inesperado de acontecimientos Ennio acabó componiendo su primera banda sonora para el cine en 1961, año en el que nació su hija… ALESSANDRA. En 1964 comienza a colaborar con Sergio Leone, con quien había hecho parvulitos, y empezó a componer las bandas sonoras de los spaghetti western, como por ejemplo “Por un puñado de dólares". Aquí en esta época ya tenía la frente como el parabrisas de una IVECO, los dos juegos de gafas de pasta de Alain Afflelou y la varita de Harry Potter. En 1964 nació su tercer hijo, Andrea que también es compositor y en 1966 además de nacer su cuarto hijo, Giovanni, compuso la banda sonora de “El bueno, el feo y el malo”. A partir de aquí le llovieron los encargos por todas partes y las composiciones de Ennio Morricone llenaban toda la parte de Bandas Sonoras de Simago, de hecho la banda sonora de la película “La misión” recaudó más que la propia película. Era 1986 y al compositor le dolió una mihita que no le dieran el Óscar, por eso nunca quiso mudarse a Los Ángeles ni aprender inglés y mucho menos decir “Tueni. Aún así lo nominaron 5 más veces, pero sólo le dieron el Óscar por la banda sonora de la película de Quentin Tarantino “Los odiosos ocho” y uno honorífico como pa compensá. Tiene un montón de premios más pero quién los quiera ver, que se vaya a la Wikipedia. Desgraciadamente, a los 91 años, Ennio pegó un pequeño jardaso en su casa y se rompió el fémur, que se complicó, se complicó, se complicó hasta que tuvo darse de baja en Spotify el 6 de julio de 2020, aunque ustedes siempre podrán recordarlo cada vez que un padre aparque en la puerta de un conservatorio o vean pasar una IVECO.