Ven, Sígueme con Pepe Valle | Hechos 22-28 | Ministro y testigo

Ven, Sígueme con Pepe Valle de Central de las Escrituras - Un pódcast de José Valle - Lunes

“… [C]uando estamos en la obra del Señor”, prometió el presidente Thomas S. Monson, “tenemos derecho a recibir Su ayuda” (“Aprendamos, hagamos, seamos”, Liahona, noviembre de 2008, pág. 62). Sin embargo, no tenemos derecho a tener un camino fácil y un flujo de éxitos sin fin. Para prueba de ello basta el apóstol Pablo. El mandato que recibió del Salvador era: “…[L]levar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes y de los hijos de Israel” (Hechos 9:15). En los capítulos 22–28 de Hechos, vemos a Pablo cumpliendo este mandato y afrontando gran oposición: cadenas, encarcelamiento, maltrato físico, naufragios y hasta una mordida de serpiente. Asimismo vemos que “… se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo” (Hechos 23:11). Las experiencias de Pablo son un recordatorio inspirador de que el llamado del Señor de “declarar [Su] evangelio con el son de regocijo” viene con esta promesa: “Elevad vuestros corazones y alegraos, porque yo estoy en medio de vosotros” (Doctrina y Convenios 29:4–5; véase también Mateo 28:19–20).