040124 — La Pregunta de la Envidia

Un Minuto Con Dios - Un pódcast de Dr. Rolando D. Aguirre

"¿Por qué tú y no yo?" Esta es la típica pregunta que surge de un corazón envidioso. Como dice el dicho, "No se puede ser envidioso y ser feliz al mismo tiempo. Elige qué quieres ser". La envidia se manifiesta de diversas maneras, como críticas, ofensas, rechazo, difamación, agresión, rivalidad y venganza. Sin embargo, creo que la envidia surge en personas que no pueden aceptar la felicidad de los demás porque, en el fondo, son infelices consigo mismas. Miguel de Unamuno dijo una vez: "La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual". Estoy completamente de acuerdo con esta afirmación. La envidia revela un vacío espiritual. Por lo general, las personas envidiosas no están contentas ni con lo que son ni con lo que hacen. Esto simplemente refleja una cosa: “la necesidad de Dios en sus corazones”. Él es el único capaz de transformar un corazón envidioso al otorgarle una nueva identidad y un nuevo propósito. Si alguien te envidia, no les permitas ocupar espacio en tu mente ni en lo más profundo de tu corazón. Esto solo significa que para ellos tu vida es más relevante que la suya propia. La Biblia dice en 1 de Pedro 2:1-2, “Por lo tanto, abandonando toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia, 2 deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación” (NTV).