Un ejemplo de cómo lamentarnos ante las pruebas - Jonathan Willoughby - IBML

Sermones Bíblicos de la Iglesia en Lobos - Un pódcast de Iglesia en Lobos - Domingos

Exposición del Salmo 39. Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David. 1 Yo dije: Atenderé a mis caminos, Para no pecar con mi lengua; Guardaré mi boca con freno, En tanto que el impío esté delante de mí. 2 Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de lo bueno; Y se agravó mi dolor. 3 Se enardeció mi corazón dentro de mí; En mi meditación se encendió fuego, Y así proferí con mi lengua: 4 Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy. 5 He aquí, diste a mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti; Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah 6 Ciertamente como una sombra es el hombre; Ciertamente en vano se afana; Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá. 7 Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti. 8 Líbrame de todas mis transgresiones; No me pongas por escarnio del insensato. 9 Enmudecí, no abrí mi boca, Porque tú lo hiciste. 10 Quita de sobre mí tu plaga; Estoy consumido bajo los golpes de tu mano. 11 Con castigos por el pecado corriges al hombre, Y deshaces como polilla lo más estimado de él; Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah 12 Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor. No calles ante mis lágrimas; Porque forastero soy para ti, Y advenedizo, como todos mis padres. 13 Déjame, y tomaré fuerzas, Antes que vaya y perezca. Reina-Valera 1960 (RVR1960)