Corea del Sur: "Hubo una gran presión popular para destituir al presidente"
Séptimo Piso - Un pódcast de mave

El Parlamento de Corea del Sur aprobó el sábado 14 de diciembre el juicio político contra el presidente Yoon Suk-yeol, tras la declaración de la Ley Marcial el 3 del mismo mes. Si bien la medida duró algunas horas, generó un clima de incertidumbre e inestabilidad política. La moción de destitución fue aprobada con 204 votos a favor y 85 en contra."Luego de la declaración de la Ley Marcial, hubo un primer intento de destitución que fracasó. En ese lapso, la presión popular fue enorme y los propios integrantes del partido gobernante [Poder Popular] empezaron a notarla y evaluaron el futuro posible si ellos volvían a impedir que el juicio avanzara", aseguró a Séptimo Piso Amalia Petrongolo, profesora de historia e integrante del Centro de Estudios Coreanos de la Universidad Nacional de La Plata."Todos los partidos opositores se mantuvieron firmes en esta decisión, lo cual llevó a que saliera a la luz el impeachment. La nación entró en crisis, el presidente ya fue separado y el primer ministro, Han Duck-soo, es quien está a cargo de la presidencia. Él tiene las mismas capacidades que el mandatario saliente, pero con mucha más presión y control de la Asamblea", agregó e indicó que los próximos seis meses van a ser complejos "porque es lo que tardaría la Corte Suprema en validar la decisión de la Asamblea". Sobre la renuncia del líder del partido gobernante, Han Dong-hoon, la académica sostuvo que expresa la crisis del oficialismo, e indicó que está situación repercutirá en el futuro político del presidente destituido. "Cualquier batalla que quiera dar Yoon Suk-Yeol para sostenerse y salir airoso del juicio estará debilitada". Para cerrar, Petrongolo resaltó el papel de los jóvenes en este proceso. "Se notó cómo la juventud salió, tomó partido y llevó su voz a la calle. Realizaron vigilias y creemos que van a seguir sosteniendo los reclamos. Los sindicatos también dieron una respuesta inmediata", cerró."La OTAN busca golpear a la multipolaridad a través de Siria" El ex mandatario sirio Bashar Asad declaró este lunes 16 las circunstancias de su partida subrayando en un comunicado que permaneció en Damasco hasta las primeras horas del domingo 8 de diciembre, después de lo cual partió hacia Latakia "para supervisar las operaciones de combate" cuando "las fuerzas opositoras" ya entraron en la capital."En Siria vemos el inicio de un proceso que veía a Asad como alguien que no estaba disponible para el modelo de la OTAN, que plantean imponer para el resto del mundo tanto EEUU como Bruselas", aseguró a Séptimo Piso Jorge Elbaum, periodista argentino. En su análisis, el especialista destacó que una de las causas de lo que pasó en Siria es que las fuerzas leales al Gobierno de Asad "no lograron recuperar los territorios dominados por los grupos paramilitares insurgentes. Un 30% de la geografía de Siria fue gobernado desde 2018 por grupos armados, sin que el gobernante alauita pudiera someterlos". Otro factor, según el analista, "se vincula a la pérdida de confianza de los mandos militares respecto de Asad. Entre la oficialidad se divulgaron los contactos y negociaciones emprendidas con las monarquías del Golfo –protectoras y financiadoras de HTS–, para emplazar el gasoducto Qatar-Turquía"."Esto está además vinculado con la intención de Occidente de seguir golpeando a la Federación Rusa con el gasoducto que pasa por Siria hacia Europa con el objetivo de reemplazar el gas ruso para que Estados Unidos pueda venderlo más caro", cerró.