Beber la copa

Reflexiones de un cura de pueblo - Un pódcast de Padre Antonio

La vida nos trae en ocasiones tragos verdaderamente amargos. Jesús también tuvo que beber hasta el final un cáliz lleno de amargura, que no le apetecía, pero lo hizo cuando descubrió el sentido de su vida bajo el amor de Dios. Nosotros también vamos a tragar cosas que no queremos, pero lo haremos sabiendo que en esa copa se mezcla lo malo y lo bueno, todo forma una unidad maravillosa en el propósito de Dios.