Marcos 4, 35-41: Cruza a la otra orilla

Reflexión diaria del Evangelio por el P. Luis Zazano - Un pódcast de Misioneros Digitales Católicos

1) Crucemos la otra orilla: El misionero de lo cotidiano, como vos y yo, estamos llamados a ir más allá, a estar al lado del que nos necesita. No nos podemos estancar en un solo lugar y una sola persona. Somos pastores de las ovejas y no podemos estar dando exclusividad a una sola oveja, peinándola y despeinándola. ¡No! Hay que cruzar, ir al otro lado, porque hay otras ovejas que nos necesitan. Nosotros llegar y no esperar. 2) Se desató un fuerte vendaval: El cruzar a la otra orilla, el ir al otro, el misionar, implica asumir riesgos, el riesgo de incluso perder la estabilidad. La evangelización también corre riesgo, porque puede ahogarte y hasta hundirte. Hay que reconocer que muchos evangelizadores se ahogaron y hasta se les movió el piso, por querer jugársela, por querer hacer algo distinto. El cruzar orillas puede traer crisis, incluso de pensar que Dios está dormido, porque no lo puedo escuchar. Por eso el misionero cotidiano debe ser valiente y prudente, pero no miedoso. Debe confiar en la oración. 3) Vino la calma: En este interrogar a Dios, Él actúa. Dios aprieta, pero no ahorca, aunque te deja muchas veces bien moradito. Porque Dios también te invita a tener fe. La vida cristiana es una constante lucha de fe, en donde vencerás tus crisis desde la fe y la confianza. Por eso Dios en el transcurso de la vida te va a poner signos en donde luego, con el tiempo, si miras hacia atrás te recordará que su mano está junto a vos. Cruza la orilla que, aunque entre agua en tu vida para ahogarte, si confías y tenés fe, no te va a pasar nada. Anímate al desafío de cruzar porque quien no arriesga, no gana. Y Dios es el Emannuel, “Dios con nosotros”. Algo nuevo está por venir.