Marcos 4, 21-25: Los excesos quitan luz
Reflexión diaria del Evangelio por el P. Luis Zazano - Un pódcast de Misioneros Digitales Católicos
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1) La depresión: Es el exceso de mirar al pasado, cuando constantemente estás mirando, ya sea los errores que cometiste, unidos a la culpa que sientes por eso, o esos lindos momentos que te gustaría tenerlos, y hoy los lloras porque no los tenés. Esto te lleva a opacarte y a perder la capacidad de brillar ante los demás. El caer en este exceso de mirada te lleva a perder todo lo que podés lograr hoy con tu vida y la obra que Dios tiene preparada para vos. No dejes de alimentar tu vida con el presente y ese objetivo al futuro. Pero aprende que el pasado es pasado y alimenta la experiencia de tu vida, pero no hagas que solo allí gire tu vida, echándote la culpa o cayendo en la melancolía eterna. Eso te mata y te destruye. 2) Estrés: Es ese excesivo mirar al presente. Cuando estás constantemente mirando lo que tenés que hacer, en cómo meter en 24 horas las ciento cincuenta mil cosas que tenés para hacer. Es cuando te desproporciona tu tiempo para ser, en un constante hacer. Malinterpretando incluso el vivir para los demás como un excesivo dar y dar, sin parar, lo que te lleva a quemarte. Caes en ese acelere en donde ya no caminas en el día, sino que andas a las corridas todo el día, manijeando tu cabeza en cosas y cosas. Problemas y problemas. Esto destruye tu luz porque te quita la paz, y la paz es como ese aceite que permite que tu luz brille con más fuerza. 3) Ansiedad: Esto también quita tu luz, porque es un exceso hacia el futuro. Ya tu mirada está constante en el qué sucederá. Te toma el miedo porque no sabes si sale o no sale como lo planeaste. Te empezás a fantasear la cabeza, y tu misma cabeza se llena de fantasmas que lo único que logran es que vivas en una irrealidad, y hasta en sufrir por cosas que aún no son, y ni siquiera sabes si van a suceder. Eso te hace olvidar de tu gente y de disfrutar de la vida. No dejes que estos tres excesos tomen tu vida. Hacé como decía Madre Teresa: ”viviré mi vida como si fuera mi primer día, mi último día y mi único día”. Hoy vos podés dar mucha luz, te lo aseguro, pero aprende a no excederte ni ne el pasado, ni en el presente, ni en el futuro. Algo bueno está por venir.