Lucas 9, 22-25: No arruines tu vida

Reflexión diaria del Evangelio por el P. Luis Zazano - Un pódcast de Misioneros Digitales Católicos

1) Sufrir y ser rechazado: Es la situación que te hará vivir muchísimas veces la gente que te rodea. Pero esto te tiene que llevar a recordar que la felicidad no es un sentimiento, ni algo que dependa del otro. La felicidad es una actitud de vida y una visión del vivir que depende solamente de vos. El sufrimiento tiene dos rostros: el interno y el externo.EL INTERNO: Es el más doloroso porque están en juego tus sentimientos, es producto de tus sentimientos. Es aquello que ni siquiera vos podés controlar y te lleva a la angustia, te lleva a las lágrimas. Es lo que ha calado hondo en tu corazón y de un tranco caen todas tus expectativas y también tus deseos. Es el choque con una realidad que sentís que no va a cambiar nunca y te caduca.EL EXTERNO: Es cuando la gente te rotula o presenta de vos una figura que no sos. Es el menos doloroso, porque surge del hablar de la gente, pero puede ser el más letal, porque hiere tu orgullo y con un solo golpe te mata. Este veneno solo entra si le permitís que entre. Este virus va directo a tu cabeza, a imaginarte cosas que no son y a pensar en exceso en el futuro. Esto hace que el sufrimiento sea letal y lleve a caducarte por completo, aislándote y haciéndote sentir que sos nada y que todo el mundo te señala con el dedo acusador. No permitas que este sufrimiento entre a tu vida, porque solo de vos depende que entre. Pero una vez que entra es muy difícil sacarlo. Eso lleva al rechazo y a rechazarte. A diferencia del interno es de un solo golpe, más letal. En cambio al interno lo vas llevando con los días.2) Renuncia: El antídoto a este virus que te presenté recién es abandonarte en Dios y ponerlo en sus manos, sabiendo que hay un proceso de dolor para llegar a una resurrección. Hay un paso. Tu vida no está marcada por el sufrimiento; porque el sufrir en esta vida es un paso, un paso a la resurrección, es un vivir, es un aprender de la vida. Tenés que pensar que de cada dolor y sufrimiento que pasaste aprendiste algo, a tomar una actitud nueva ante tu modo de vida. Si seguís en la misma es porque el dolor no pasó como la cruz, que fue un paso al eterno vivir. No dejes de caminar y viví este tiempo con espiritualidad. Pedile a Jesús que te ayude a mirar tu vida y a saber que estos dolores que giraron o giran en tu corazón no te matan, sino más bien te fortalecen.3) Ganar: La vida es una, es corta, pero también es simple. Somos nosotros mismos quienes nos complicamos. No dejes de caminar por lo que verdaderamente querés para tu vida, por lo que soñás. No sufras tampoco por cosas que no son y no van a ser. En eso uno mismo se miente. Busca tu paz y gana la vida viviendo y no matándote a vos con tus pensamientos y actitudes. ¡Vamos! Que es tiempo de Cuaresma, es tiempo de grandezas. Algo bueno está por venir.