Lc. 1, 39-45

Fue sin demora. 1) María partió: Quien tiene a Dios en su corazón siempre tendrá una actitud servicial de mirar y ayudar al otro. Esto es algo que tenés que cuidar y que yo tengo que cuidar. Porque te reconozco que cuando das la mano y te agarran el codo uno se desilusiona y ya no quiere ayudar o teme a que lo engañen. Hoy ponete los lentes de Dios y salí a anunciar el evangelio con actitud servicial. Tu ayuda no pasa tan solo por llevar mercadería o caja navideña. Va más allá… es la actitud que le ponés a la vida y tu modo de vivir. Es tu actuar en lo cotidiano dándolo todo y no pidiendo nada. Es salir al encuentro de quien te necesita pero no para aprovecharte, sino para plenificar al hermano. Vos podés cambiarle la vida a alguien con tu ayuda simple y de corazón. 2) Saltó de alegría: El llevar a Jesús implica alegría y entusiasmo. Es ver el rostro que puede cambiar a alguien. La alegría viene de Jesús y te hace vivir la vida como una fiesta, es ese disfrutar de cada día. Es vivir con el sentido de ponerle las ganas a cada cosa que haces, sacar sonrisas, motivar. No sabes lo lindo que es hacer sentir bien a una persona y que le saques una sonrisa. Te animo a que hoy lo hagas, aunque estés en cama, aunque estés pasando un momento duro. Date el gusto de sacar una sonrisa a alguien. 3) Feliz por haber creído: La fe es lo que empuja y motiva. Es la fe lo que te permite salir de vos y buscar al otro. Es la fe la que te lleva a confiar y a enfrentar. Es la fe lo que te motiva a seguir cuando todo es oscuro y terrible. Hoy la fe que vos tenés puede aportar a que alguien sea feliz y que vos seas feliz. ¡¡¡Algo bueno está por venir!!!