Juan 3, 16-18
Reflexión diaria del Evangelio por el P. Luis Zazano - Un pódcast de Misioneros Digitales Católicos

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Dios es familia. 1) Dios ama: Lo definimos a Dios como amor, porque quien ama es capaz de darlo todo por alguien y sale de sí para contentar al otro. Es lo mismo que hace Dios por vos y por mí, sale de sí mismo y está atento a mí. No como un árbitro de fútbol quien cuando me ve una falta me saca amarilla o roja. Me acompaña porque sabe que soy débil y me quiere ayudar a saber caminar en la vida, como ese papá o esa mamá que ayuda al niño a caminar y enderezarse. 2) Dios es familia: Uso este término porque en una familia el papá, la mamá y los hijos son totalmente diferentes, pero son uno. Lo mismo pasa con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Son distintos y lo considero al Padre como el amor, al Hijo como el amado y al Espíritu Santo como el amante, que en un solo ser denominamos amor. Así es Dios. 3) Dios es luz: Cuenta la historia que el fósforo le dijo a la vela que debía darle fuego para que ilumine. La vela no quería ser encendida porque decía que su cera se iba a consumir y por tanto, perdería vida. A mayor fuego y luz, mayor consumo. Pero el fósforo le dijo que había sido creada para ello. Sin embargo, la vela permanecía en su orgullo y su soberbia. Cuando uno vive en su orgullo y su soberbia no se anima a arriesgar y permanece en sí mismo. El fósforo se entristeció y dijo: “ya no puedo hacer nada, solo decirte mis últimas palabras, antes de perder mi última chispa, quiero decirte que fuiste creada para iluminar y ayudar a dar luz, no para mantenerte como vela”. Al escuchar esto la vela vio que ya estaba por consumirse el fósforo, porque su vida era más corta que la de ella y comprendió que debía iluminar. Así tomó del fósforo la última llama. El fósforo terminó su vida alegre y sonriente porque cumplió su misión en este mundo, y la vela lo terminó iluminando. Dios te llama para que ilumines y te puso personas fósforos para encender tu llama . Ahora vos ilumina y anima la vida de muchos. No te preocupes por lo que te consumís, sino preocúpate por iluminar. Algo bueno está por venir.