Un corazón samaritano

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09/10/2023 – En el Evangelio del día, Lucas 10, 25-37, el texto nos sale al encuentro con la parábola del Buen Samaritano. Jesús nos muestra a un hombre que ha sido víctima de un asalto y ha quedado mal herido. Muchos judíos pasan a su lado pero pasan de lado, ignorándolo. Un buen hombre de Samaría, al pasar se detiene, lo carga sobre sí, lo lleva a un albergue haciéndose cargo de su recuperación, poniéndo inclusive de su dinero para conseguirlo. Y entonces, un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?». Jesús le preguntó a su vez: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?». El le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo». «Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida». Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: «¿Y quién es mi prójimo?». Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: “Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver” ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?». «El que tuvo compasión de él», le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: «Ve, y procede tú de la misma manera». Lucas 10, 25-37 Allí el Señor nos invita a detenernos, en el camino, para dar de nuestro tiempo, de nuestro dinero. Nos exhorta a comprometernos porque la realidad de la pobreza es grande y solamente si nos ponemos manos a la obra para curar las heridas, podremos encontrar el futuro mejor al que aspiramos. Millones de argentinos viven debajo de la línea de la pobreza, allí somos invitados a servir y dar lo mejor que tenemos: tiempo, compromiso y dinero, el poco o mucho que tengamos para ayudar a los que menos tienen. ¿Quién es mi prójimo? El doctor de la ley pregunta a Jesús sobre lo que es necesario para heredar la vida eterna, y Jesús “le invita a encontrar la respuesta en las Escrituras”: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo». Sin embargo, había diferentes interpretaciones de quién debía ser entendido como “prójimo”. De hecho, ese hombre todavía pregunta: “¿Y quién es mi prójimo?” Jesús responde con la parábola del Buen Samaritano: «El protagonista de la breve narración es un samaritano, que a lo largo del camino encuentra a un hombre, robado y golpeado por ladrones, y cuida de él. Sabemos que los judíos trataban a los samaritanos con desprecio, considerándolos extraños al pueblo elegido. No es, pues, una coincidencia que Jesús escogiera precisamente a un samaritano como personaje positivo de la parábola». También quien no conoce a Dios puede actuar según su voluntad Escogiendo a un extranjero Jesús quiere superar el prejuicio, demostrando que “incluso uno que no conoce al verdadero Dios y no frecuenta su templo,