Silencio y sencillez: el camino hacia el corazón de Dios

Radio Maria Argentina - Un pódcast de Radio Maria Argentina

29/10/2024 – Explorar la grandeza de Dios nos invita a mirar la vida con otros ojos: lo humilde, lo pequeño y lo silencioso revelan Su presencia en nuestra cotidianeidad. Jesús nos enseña a valorar lo sencillo, como el grano de mostaza o la levadura, donde el Reino se manifiesta y transforma nuestros corazones. Jesús dijo entonces: “¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo?Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció, se convirtió en un arbusto y los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas”.Dijo también: “¿Con qué podré comparar el Reino de Dios?Se parece a un poco de levadura que una mujer mezcló con gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa”. 1. El secreto esta en lo sencillo y humilde puesto en Dios Esta es la certeza que nos deja el evangelio de hoy: la obra de Dios es grande y acontece desde una dimensión sorprendentemente sencilla y humilde: como un grano de mostaza que es como la mitad de una cabeza de alfiler, que llega a ser un gran árbol donde se cobijan los pájaros del cielo, como un poco de levadura que una mujer pone en una gran cantidad de harina hasta fermentar toda la masa. Dios elige lo que no cuenta lo que el mundo tiene por nada para confundir a los que piensa que son algo. Elige a la humilde servidora del Señor, María para tomar su carne y nacer quedándose en medio de nosotros, elige nacer en Belén la mas pequeña según el profeta Miqueas, elige Nazaret para en el silencio gestar en treinta años su ministerio público, elige 12 hombres sencillos y entre ellos posiblemente al mas frágil Pedro para fundar su comunidad, elige la ignominia de la cruz para alcanzarnos la salvación. Este estilo de amor por lo pequeño nos permite mirar las realidades simples de la vida con los ojos de Dios, de otra manera, dándole otra valoración, nos permite afrontar lo cotidiano lo rutinario desde esa conciencia que lo importante se juega en lo que aparentemente es insignificante. Esa mirada nace de un reconocer que Dios está en medio de lo nuestro, entremezclado en nuestras conversaciones, participando de nuestros anhelos, acompañándonos en nuestras búsquedas, sosteniéndonos en nuestros dolores; Dios está entre las ollas, decía Teresa de Jesús, para significar la presencia casera de un Dios hecho a lo cotidiano y en apariencia insignificante. En que cosas simples descubrís que Dios está presente 2. Iniciarse en el silencio para captar a Dios en lo sencillo Hay un camino por donde encontrar a Dios en medio de lo simple y sencillo, es por los senderos del silencio. Silencio y oración Si nos dejamos guiar por el libro más antiguo de oración, los Salmos bíblicos, encontraremos en ellos dos formas principales de la oración. Por un lado, la lamentación y la llamada de auxilio, y por otra el agradecimiento y la alabanza. De un modo más escondido, existe un tercer tipo de oración, sin súplica ni alabanza explícita. El Salmo 131, por ejemplo, no es más que calma y confianza: «Mantengo mi alma en paz y en silencio… Pon tu esperanza en el Señor, ahora y por siempre.» A veces la oración calla, pues una comunión apacible con Dios puede prescindir de palabras. «Acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre.» Como un niño privado de su madre que ha dejado de llorar, así puede ser «mi alma en mí» en presencia de Dios. La oración entonces no necesita palabras, quizás ni reflexiones. ¿Cómo llegar al silencio interior? A veces permanecemos en silencio, pero en nuestro interior discutimos fuertemente, confrontándonos con nuestros interlocutores imaginario o luc...