Martes Santo: El misterio del traidor

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26/03/2023 – Martes santo, el Evangelio de Juan 13,21-33.36-38 comienza a relatar el drama que rodea  a la cena pascual: uno de los amigos de Jesús va a  traicionarlo. Nadie entiende lo que está pasando, entre luces y sombras se va dando esta fiesta dramática de la última cena y Jesús, dice el texto, se conmocionó. La conmoción es un enfrentamiento entre la luz y la oscuridad, entre la muerte y la vida, entre el príncipe de las tinieblas y Jesús, Dios hecho hombre. Jesús, estando en la mesa con sus discípulos, se estremeció y manifestó claramente: “Les aseguro que uno de ustedes me entregará”.Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a quién se refería.Uno de ellos -el discípulo al que Jesús amaba- estaba reclinado muy cerca de Jesús.Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: “Pregúntale a quién se refiere”.El se reclinó sobre Jesús y le preguntó: “Señor, ¿quién es?”.Jesús le respondió: “Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato”. Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: “Realiza pronto lo que tienes que hacer”.Pero ninguno de los comensales comprendió por qué le decía esto.Como Judas estaba encargado de la bolsa común, algunos pensaban que Jesús quería decirle: “Compra lo que hace falta para la fiesta”, o bien que le mandaba dar algo a los pobres.Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Ya era de noche.Después que Judas salió, Jesús dijo: “Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él.Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto.Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: ‘A donde yo voy, ustedes no pueden venir’.Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿adónde vas?”. Jesús le respondió: “A donde yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero más adelante me seguirás”.Pedro le preguntó: “¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti”.Jesús le respondió: “¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces”. Juan 13,21-33.36-38. Juan nos dice que Jesús, profundamente conmovido, declaró: “les aseguro que uno de ustedes me va a entregar” (13,21). Juan habla tres veces de la «turbación» o «conmoción» de Jesús: junto al sepulcro de Lázaro (cf. 11,33.38); el «Domingo de Ramos», después de las palabras sobre el grano de trigo que muere, en una escena que remite muy de cerca a la hora en el Monte de los Olivos (cf. 12,24- 27) y, por último, aquí. Son momentos en los que Jesús se encuentra con la majestad de la muerte y es tocado por el poder de las tinieblas, un poder que Él tiene la misión de combatir y vencer. El anuncio de la traición suscita comprensiblemente al mismo tiempo agitación y curiosidad entre los discípulos. «Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, estaba en la mesa a su derecha. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: “Señor, ¿quién es?”. Jesús le contestó: “Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado”» (13,23ss).Tal como está aquí, la respuesta de Jesús es totalmente clara. Pero el evangelista nos hace saber que, a pesar de ello, los discípulos no entendieron a quién se refería. Podemos suponer por tanto que Juan, repensando lo acontecido, haya dado a la respuesta una claridad que no tenía para los presentes en aquel momento. En 13,18 nos pone sobre la buena pista. En él Jesús dice: «Tiene que cumplirse la Escritur...