La puerta angosta

Radio Maria Argentina - Un pódcast de Radio Maria Argentina

27/06/2030 – En el Evangelio de hoy, Mateo 7, 6.12-14 Jesús nos dice que el camino estrecho es el que nos lleva a buen termino. Esto no parece coincidir con lo que sentimos cuando experimentamos la estrechez de nuestra economía, o cuando vemos estrecharse los espacios para compartir con nuestros seres queridos. Nos cuesta considerar este como un “buen camino”. A veces, cuando uno se encuentra estrechado en su andar, es cuando puede focalizarse mejor en sus opciones y así, poder elegir mejor. Es un tiempo para desprendernos de lo que no es tan importante y darle prioridad a lo que sí lo es. La vida nos lleva en plenitud por un camino estrecho. No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos.Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí.Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.San Mateo 7,6.12-14 ¿Cómo nos implicamos nosotros en la escena? Puede ayudarnos tratar de imaginar bien cuál es la puerta angosta que nos lleva directo al Reino.La imagen de la puerta angosta es tridimensional. “Entrada estrecha” en la mentalidad de Jesús Buen Pastor es senderito de montaña que se angosta a medida que uno sube; es también la puertita del corral de las ovejas, cuya estrechez permite que el pastor las haga entrar y salir de a una, sin que se le amontonen, y poder así llamarlas a cada una por su nombre, y rascarles cariñosamente la cabeza. Pero la puerta es estrecha también por otros dos motivos: porque es mucha la gente que quiere entrar y porque el tiempo de que quede abierta se termina. Las imágenes que usa el Señor son claras y apuntan a movernos. Salí de las cavilaciones, focalízate en la puerta, apurate que se cierra, no te pierdas la oportunidad. ¿La oportunidad de qué? ¿La puerta angosta que me lleva a dónde? ¿Qué significa para mí la Vida con mayúscula? Convengamos que las respuestas tradicionales a estas preguntas van a contrapelo de nuestra mentalidad actual. No visualizamos como interesante una puerta que nos lleve al cielo al menos no por ahora, no en este preciso momento. Nuestros ojos están puestos en las mil puertas que nos llevan a este mundo, no en la única que nos “sacaría” de él! Aunque Jesús no pide al Padre que nos saque sino que nos cuide del Maligno. Pero nosotros estamos interesados en entrar por las puertas de los shoppings, por los portales de Internet, deseamos tener tarjetas que nos abran las puertas de los cajeros de los bancos y que nos permitan ingresar a lindas casas y pertenecer a clubes y círculos de gente amiga. O quizás no. Quizás alguno esté interesado en el Padre. Existe Jesús. Existe el Padre. Si todo el evangelio fueran consejos morales para aplicar a este mundo sería poca cosa. El evangelio es para abrirnos una puerta a la Vida infinitamente rica en Amor que es la Vida de Dios. En el Evangelio paralelo San Lucas lo narra así: Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó:«Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?»El respondió: «Luchen con empeño para entrar por la puerta estrecha,porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán.(Lc 13,22) ¿Qué habrá visto en el Señor,