Festividad de los Santos Pedro y Pablo, apóstoles

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29/06/2023 – La Iglesia hoy celebra a los dos pilares que Jesús deja como fundamento: San Pedro y San Pablo. A San Pedro les da la llave, lo constituye en roca sobre la que edificará la Iglesia y a San Pablo lo hace testigo del Evangelio entre los gentiles. Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: “¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?”.Ellos le respondieron: “Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas”.”Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?”.Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.Y Jesús le dijo: “Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”. San Mateo 16,13-19 Pedro y Pablo, de quienes San Agustín escribió: “En un solo día celebramos la pasión de ambos apóstoles. Pero ellos dos eran también una unidad; aunque padeciesen en distintas fechas, eran una unidad. Pedro fue delante, Pablo detrás. Primero Saulo, luego Pablo, porque antes era soberbio y luego humilde. Saulo proviene de Saúl, el perseguidor del santo David. Fue derribado como perseguidor y levantado como predicador. Pablo, en efecto, significa pequeño. Cambió el nombre de la soberbia para manifestar su humildad.” El P. Ángel Rossi en relación a la fiesta de San Pedro y San Pablo, nos presentó un comparativo de la vida de ambos, grandes pilares de la Iglesia, y hombres frágiles y de barro. Contemplándolos a ellos, viendo sus vidas, uno puede, como diría San Ignacio, “reflectir para sacar provecho”. Algo tienen sus vidas para decirnos e iluminarnos. Contemplando a éstos dos pilares de la Iglesia, pedimos por el Papa Francisco La herencia de Pedro y Pablo San Pedro A Pedro Jesús lo eligió desde el comienzo. “Cuando Simón va a ver a Jesús le dice: tu eres Simón, hijo de Juan, tu te llamarás Cefas, que significa piedra. El Señor lo llamó y lo distinguió desde el comienzo y lo fue formando: primero en la fe, la oración y hasta en la humildad. Muchas veces lo corregía, incluso delante de la comunidad “me negarás tres veces” y cuando Pedro le dice que no suba a Jerusalén, Jesús que un ratito antes le había dicho “bienaventurado” ahora le dice “Aléjate de mi Satanás”… lo corrige también en la autoridad del servicio, cuando en el lavatorio de los pies Pedro se niega a que Jesús le lave, le insistirá pasándole la posta, la jarra, el agua y la palangana delegándole su servicio y la herencia de su autoridad. También lo forma en la caridad hacia los demás “apacienta mi rebaño”. Lo forma en el seguimiento incondicional y en la amistad. La última pregunta que Jesús le hace es ¿me amas Pedro?. En el fondo el test decisivo, incluso para purificar la traición de negarlo, no es el curriculum, cuántos títulos, si es inteligente sino el amor: ¿Pedro me amás, a pesar de todo?. Este poema de Javier Albisu sobre San Pedro puede iluminar lo anterior:Si a los pies de mi verdad te encuentrodispuesto como siervo para lavar mis vicios,¿a qué vienen entonces esos juiciosque hago de los otros y su intento? Si sabes, como sabes, que te niegoy aún sigues llamándome tu amigo,¿a qué viene mostrarme tan señero,si soy lo que soy, porque aún vienes conmigo?