021 - Fausto - Johann Wolfgang Von Goethe Cap 21: Liseta

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Fausto - Johann Wolfgang Von Goethe Liseta Ya sabrás que, al fin, Sibila lo dijo, «Acaba en gemir tanto engreimiento». Margarita No sé, ¿cómo así? Liseta Está bien hinchada. Tiene que nutrir, comiendo y bebiendo, a dos. Margarita ¡Infeliz! Liseta ¡Le está muy bien hecho! Al mozo gentil, ¿tanto no siguiera por acá y allí? Los largos paseos, tanto ir y venir por bailes y fiestas en los que, entre mil, siempre era primera, en grato reír, cortejada siempre como un serafín con mil alabanzas y atenciones mil, idear la hicieron su tez de carmín todopoderosa; y no tuvo, así, rubor, en regalos aun de él recibir: tras tantas ternezas sucediera, al fin, que la florecilla perdió su matiz. Margarita ¡Mísera! Liseta Su suerte no te aflija a ti. Cuando no podíamos nosotras salir, junto a nuestras madres torciendo el sutil hilo en nuestros husos, ella, muy feliz pasaba la noche junto a su gentil amante sentada. Los goces, sin fin de entonces, hoy pague con acre gemir y con penitencia. Margarita Mas si no es un vil, harála su esposa. Liseta ¡Loco no es así! Do quiera en el mundo un rico es feliz y así se ha marchado. Margarita ¡Eso es ser ruin! Liseta Si ella lo consigue le irá mal aquí, guirnaldas deshechas gritar y reír y paja picada, serán el festín y dones que tenga la esposa gentil. (Vase.) Margarita, volviéndose a su casa. Cómo tan severa tanto antes yo fui, cuando alguna pobre hacía un desliz. Las faltas ajenas para corregir, por dura que fuese la frase y cerril, no me parecía suficiente a mí, cada vez más negro, más negro y más vil ¡ay! yo lo encontraba diciéndome, al fin: «Bendita, estás libre de falta y desliz». Pero... ¡Todo cuanto me hizo consentir, era, oh Dios, tan bueno, tan dulce, ay de mí!