56 - El Guateque -Edwards-. La Gran Evasión.

Podcast de La Gran Evasión - Un pódcast de La Gran Evasión

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Edición número 56 de La Gran Evasión, 6/10/2015. El maestro Blake Edwards nos invitaba en 1968 a la mejor fiesta de los sesenta, para enfrentarse a la vida, el humor es nuestra mejor arma, el mejor aliado, la mejor filosofía, Blake Edwards y Peter Sellers son una compañía perfecta para encarar esos días de nubes negras que de cuando en vez nos acechan, te pones El Guateque y pasas 99 minutos de risas, de evasión, un rato de diversión pura, inteligente, llena de carcajadas, de sonrisas, de más vida, pues ya sabemos que reír prolonga la vida. La primera hora es soberbia, con pausa y maestría, el guión de Edwards, ayudado por los hermanos Frank y Tom Waldman, rememora y homenajea a los maestros del mudo, gags geniales, ya de inicio con la explosión del fuerte, el zapato, ese impagable camarero que se toma whisky, vodka, whisky mezclado con vodka, vino, más vodka....nos deleitan con situaciones absurdas y surrealistas, el paso por la piscina es delirante y la cena antológica. No podía faltar la tercera parte de este trío genial, Blake Edwards, Peter Sellers y Henry Mancini, que nos mete en la fiesta con piezas de jazz elegantes y espumosas, sin olvidar la excelente fotografía de otro maestro, Lucien Ballard. A lo largo de la fiesta va evolucionando el fresco que hace Edwards de las clases altas americanas, se vuelve cada vez más punzante, cargado de sarcasmo, no se escapa nadie, pero siempre nos deja un poso de reflexión a pesar de las carcajadas y la torpeza de Sellers, y es esa historia de amor de dos almas gemelas, tímidas, nobles, inocentes, que no encajan en esa piscina llena de tiburones que representa la fiesta, pero que se complementan y claro, la semana que viene, nuestro querido Hrundi irá a recuperar su sombrero. Michele, Claudine Longet, conecta de inmediato con Hrunid, percibe esa ternura, esa inocencia que los demás no ven... Antológico Steve Fraken, el camarero con la dama rubia vestida de lila, otra aspirante a estrella, ella solo quiere beber, él solo quiere beber...apenas sin diálogo, también establecen conexión. Tanto Hrundi cómo el camarero tienen instantes de pura comicidad, apariciones con momentos llenos de amor por el slapstick y el cine mudo, ‘El guateque’ se merece el calificativo de obra maestra, tanto por su visión ácida de la forma de vida de la clase alta americana, completamente aburrida, estresada, llena de lujos fatuos y estulticia, como por el contraste con la filosofía de vida del personaje de Sellers, la del humor, la risa, alegría simple y sincera, además lo dice el propio Hrundi: "lo mejor del mundo es una sonrisa". Arremolinados en la piscina, intentado quitar las pintadas al elefante sagrado..... a la dirección José Miguel Moreno, contertulios, Francisco Ortiz, Raúl Gallego, Gervi Navío y miccionándose encima mientras la chica canta y nos acaricia con su cálida voz, sin nada que perder, nuestro crítico César Bardés.