53 - Vértigo -Hitchcock-. La Gran Evasión.

Podcast de La Gran Evasión - Un pódcast de La Gran Evasión

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Edición número 53 de La Gran Evasión, 15/9/2015, Sir Alfred Hitchcock realizaba en 1958 su obra mas personal e inquietante, quizás la mejor película de la historia del cine, llena de belleza, de 'amour fou', de necrofilia.... Vértigo es sin duda una película adelantada a su tiempo, tanto que aún a día de hoy, parece pertenecer a otra época, una obra atemporal en el sentido literal del término, que aunque arranca con las constantes del maestro, su miedo a la policía, un crimen que puede salir impune,.... deriva en otra cosa, en una obsesión, en un amor imposible...en una fascinación enfermiza.....en puro cine. Destacar la fuera con la que arranca la película, con los maravillosos títulos de crédito (primera colaboración con el gran Saul Bass), por encima de los tejados de la ciudad de San Francisco en plena persecución policial, y la extraordinaria banda sonora de Bernard Herrmann, ya somos testigos de la enfermedad del protagonista, la acrofobia, Scottie tiene miedo a las alturas y Hitchcock lo mezcla con el vértigo, que es la ilusión de movimiento a nuestro alrededor, la muerte de un compañero, y la incapacidad para ejercer su profesión plenamente, irán minando a Scotttie, la relación con su amiga, diseñadora de sujetadores, (otra obsesión del maestro), tampoco es la que a él le llena, hasta que llega el enigma, el fantasma, la posesión, el misterio....y esa imagen en Earnie's, esa silueta con el fondo rojo, pura pasión ...y ésa será su perdición...Hitchcock nos hace acompañar a Scottie en ese viaje, en ese enamoramiento, sin palabras...extraordinarios esos minutos mientras seguimos a Madeleine y entramos en la historia que de verdad quiere contar el director. Robert Burks nunca ha estado tan inspirado, con ese rojo intenso del restaurante donde vemos a Madeleine por primera vez, ó el neón verde venenoso que hay en la fachada del apartamento de Judy, y que la viste con cierta aureola onírica al salir del baño, disfrazada por primera vez como Madeleine. El efecto es casi embriagador, efectivamente Madeleine, en la mente de Scottie y ante el espectador, parece regresar de los muertos. El beso posterior, con un giro de cámara de 360 grados es uno de los más pasionales de toda la historia. Un beso que une pasado y presente. Maravillosa Kim Novak, nunca ha estado tan guapa, tan extraña, tan vaporosa, tan carnal, tan desnuda como aquí y James Stewart desarrolla ese lado oscuro a la perfección, está desvalido e indefenso pero es decidido y cruel si hace falta, sólo persigue su sueño, su amor, su pasión, su fantasma hecho carne... Ese erotismo es digno de Buñuel, ó Berlanga, maestros que lo la desarrollan y exorcizan a través del cine, igual de sicalípticos, igual de libidinosos, de sátiros....que Hitchcock, un ejemplo perfecto es cuando Madeleine esta en casa de Scottie, después de ser rescatada de la bahía, vemos la ropa interior secándose en la cocina, a Scottie nervioso cuando habla por teléfono con el marido, ella está desnuda en la cama, la elipsis es portentosa, sugerente y cautivadora, ha tenido que desnudarla y meterla en la cama, ahí se ve la obsesión total de Stewart, su enamoramiento, ahí esta el auténtico Hitchcock, el vouayer, el enfermo y nos hace cómplices, participes de sus complejos y obsesiones, simplemente genial... No dejen de asomarse al campanario y contemplar esta maravilla del cine, que nunca se deja de ver, imposible de aprehender, se escurre como el agua entre los dedos, como los días nublados de los que están tan cuerdos y son tan preclaros, que los demás los llamamos LOCOS... Acodados en Earnie´s sorbiendo un whisky con soda, fascinados por la silueta de Judy/Madeleine/Carlota, nos mareamos esta noche tormentosa... a la dirección José Miguel Moreno, contertulios Raúl Gallego, Gervi Navío y despertando encharcado en sudor, con ojos como platos, desesperado ante el fantasma de su amor inmortal, nuestro crítico de cabecera, César Bardés.