Vespa o Lambretta: ¿Cual era mejor?

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¡Estoy harto! ¡Ya está bien! Sí, de acuerdo, el diseño de la Vespa puede ser brillante, la idea de venderla a plazos, también y su estética muy atractiva… pero todo el mundo se acuerda de la Vespa… y olvidan a su encarnizada rival, la Lambretta. ¿Todo el mundo? Pues no, MOTO1PRO no la olvida… Y es que para muchos la Lambretta, sencillamente, era un diseño mucho mejor que la Vespa. Y entre estos muchos podría incluirme yo. Os explicaré por qué, pero antes quiero hacer dos cosas. “¡Bella!, mi sembra una vespa”… esta frase dice literalmente, “bonita, me recuerda a una Avispa” y la pronunció Enrico Piaggio al ver el prototipo que le presentó el brillante ingeniero Corradino D´Ascanio. Enrico tenía las ideas claras y quería hacer una moto, sencilla, barata y que no manchase. Esto último os parecerá banal, pero no lo era: En estos años, todas las motos manchaban de grasa, las italianas mucho y las inglesas más. El primer prototipo se inspiró en la motitos que se diseñaron para lanzar en paracaídas, fue un proyecto de otro gran ingeniero, Renzo Spolti, y su nombre era “paperino”, o sea, “patito” en italiano… pero este patito no gustó a Enrico. E hizo el mismo encargo a un ingeniero aeronáutico, el citado D’Ascanio que utilizó algunas soluciones inspiradas en la aeronáutica, como el chasis autoportante de chapa, los aviones no llevaban chasis, y una suspensión delantera al principio tomada directamente del tren de aterrizaje de un avión. Y esta Vespa sí gusto a Enrico. Era sencilla de llevar, limpia, bonita y como llevaba el motor a un lado, en el otro “cofano” llevaba rueda de repuesto… una gran ventaja en unos tiempos en los que pinchar era frecuente… En 1946 aparece la Vespa, pero Enrico, en su idea de poner este vehículo al alcance de todo el mundo, decide venderla a plazos, financiando él mismo las motos vendidas… esto fue un éxito, pero casi le supone la ruina. Y otra gran idea fue su aparición en el cine. Las escenas en Vespa de dos estrellas como eran Audrey Hepburn y Gregory Peck en la mítica película “Vacaciones en Roma” le dieron gran fama… fue la primera aparición de muchas. Además, cuando aparecieron los coches, sobre todo el 500, Enrico supo enfocar sus productos, con una publicidad muy acertada, a los jóvenes… un verdadero acierto. La fabricación de la Vespa en España, concretamente en la calle Julián Camarillo de Madrid merece un video específico, pues vale la pena… os adelanto que de alguna manera fue idea del propio Franco… La primera Vespa española aparece en 1953. Lambretta y Lambrate. Hemos comenzado la historia de la Vespa comentado de dónde le viene el nombre…. Así que haremos los mismo con Lambretta. En 1946 se comienzan a fabricar las primeras Lambretta en Milán, en un barrio llamado “Lambrate” que a su vez se llama así por el río Lambro… y de Lambrate, Lambretta, algo así como si fuera la moto del barrio. Hay otro genio detrás de este moto…. Bueno, unos cuantos. Pero sobre todo Ferdinando Innocenti. Recordemos que Italia perdió la guerra y quedó sumida en una grave crisis. Ferdinando lo perdió todo, pero era un tío con recursos. Vio que una de las primeras necesidades era la movilidad y no solo pensó lo mismo que Enrico, sino que utilizó recursos parecidos: Dos ingenieros procedentes de la aeronáutica, Pier Luigi Torre y Cesare Pallavicino. Para bien o para mal, podemos decir que la Lambretta era más bien un derivado de una moto a la que se la tapaba con una carrocería, que un scooter nacido como tal. Hay dos pruebas de lo que os digo: Una, el chasis de tubos, típico de las motos incluso hoy, que luego se tapaba con una carrocería de chapa… de hecho las primeras versiones eran “abiertas”, sin tapas laterales. La otra, la posición del motor, en el centro de la moto, no a un lado. Este detalle hacía que la estabilidad de la Lambretta fuese muy superior a la de la Vespa… En España la fabricó una empresa vasca, radicada en Éibar y con un nombre que a mí me parece precioso: “Lambretta Locomociones S.A.”. La empresa nació en 1953 y pese a un acuerdo con Honda en 1967 acabaría cerrando en 1984. Los edificios de la antigua fábrica aún existen. Vamos a compararlas. Yo os digo que ni el cambio manual, en ambos casos en el puño izquierdo, ni las prestaciones, ni su practicidad discriminan de una a otro. Pero hay dos cosas que discriminan: Estabilidad y fiabilidad. Estabilidad: Victoria por aclamación de la Lambretta. No hay color, es una moto previsible, estable, que frena recta y que toma las curvas igual para un lado que para otro… algo que no consigue la Vespa. ¡Ojo! Pero las Vespa, según fueron evolucionando, llevaban el motor más en el centro, pero en las primeras no podías dejarla rectas, se caían al lado derecho. Y cuando frenabas, lo sé porque a mí me ha pasado, la moto se ponía de lado… ¡daba miedo! Fiabilidad: Victoria, por diferencia, de la Vespa. Las Vespas eran muy fiables, muy duras, no daban problemas y eran eternas. Las Lambretta tenían en muchos casos un carburador caprichoso y los cables del acelerador daban más problemas que en las Vespa. A veces incluso, los soportes de los cofanos cogían cierta holgura y producían muchos ruidos. Una Lambretta muy cuidada no da problemas, pero hay que entender que en su momento eran vehículos utilitarios que desde luego no se maltrataban, pero no se cuidaban como cuidarías hoy una moto, sobre todo si tiene el adjetivo de “Clásica”. Como periodista creo que la Vespa es la ganadora. Tuvo mucha más repercusión y en los aspectos comerciales y de marketing Enrico superó a Ferdinando. Pero si me dices que escoja mi favorita… lo siento amigos “vespistas”, lo que incluye a mi buen amigo Juan, ¡me quedo con la Lambretta! La buena noticia es que ambas marcas siguen existiendo… y siguen siendo europeas…