Santiago Herrero… Otra víctima del TT de la Isla de Man

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Solo con nombrarlo se me pone la piel de gallina… y es que pocos pilotos han dejado una huella tan profunda en tan poco tiempo. Santiago Herrero puso en jaque a la todopoderosa Yamaha, a Phil Read y a Bill Ivy… y todo a base de talento. La figura de Santiago Herrero está rodeada de épica. Para muchos fue un David, que con medios escasos y una moto OSSA 250 mucho menos potente se enfrentó al Goliat que eran la Yamaha 4 cilindros con pilotos consagrados, como Read o Ivy. Santiago Herrero nació en Madrid en 1943 pero su vida deportiva le llevaría a vivir en Baracaldo y en Barcelona. La pasión por el motociclismo la tenía desde la infancia y como otra “grande”, Ángel Nieto, el madrileño trabajando en un taller mecánico a los 12 años. Allí tuvo la fortuna de coincidir con el campeón de España de 125 cm3, Gabriel Corsín, quien le introdujo de lleno en el mundo de la competición pues rápidamente Corsín vio que Santi tenía un talento innato para rodar en moto… Corsín invitó al dueño de la marca española Lube, Luis Bejarano, a verle rodar. Y también se quedó impresionado. Y es que Santi siempre y con cualquier moto era rápido, muy rápido. Y así es como consiguió su primer contrato para correr con una moto oficial en el Campeonato de España. Bejarano le ofreció un trabajo en el departamento de competición de la marca en Baracaldo, donde Herrero residió hasta su muerte. Y no le fue mal: En 1964, terminó tercero en el Campeonato de España de 125cc y en 1965, terminó segundo. Por desgracia frente a las nuevas Bultaco, las Lube no eran una máquinas competitivas y años más tarde, Lube cerró su departamento de carreras. Eduardo Giró de OSSA conocía su valía como piloto pero también valoraba sus conocimientos mecánicos. Giró le ofreció el trabajo de desarrollar la Ossa 250cc de competición y juntos ganaron el Campeonato de España de 250cc en 1967. Era el momento de dar el salto al Mundial. Giró estaba entusiasmado con su moto. El chasis original de tubos no era suficiente para el monocilindríco de 250 cm3 y de 35 CV… era imperioso diseñar un chasis que fuera capaz de soportarlo. Diseñaron un chasis revolucionario tipo monocasco realizado con chapa de magnesio. Se produjo el tan esperado momento: la flamante Ossa Monocasco estaba lista… y se iban al Mundial. 1968 fue la primera temporada en el campeonato del mundo de 250 cm3. La Ossa monocilíndrica tenía 20 CV menos que la poderosa Yamaha V4 pero también unos 20 kg más ligera y mucho más estable, con una superior agilidad. Las Yamaha consiguieron el campeonato pero Herrero terminó séptimo en el campeonato de ese año y consiguió una tercera posición en la última carrera de la temporada, en el circuito de Monza. Al mismo tiempo, ganó de nuevo el campeonato de España de 250 cm3 1969 fue mejor para Herrero. Ganó la carrera inaugural de la temporada en el Jarama. Tras un retira, volvió con una victoria en el GP de Francia. Más meritoria fue la tercera plaza en el TT de la Isla de Man, que recordemos que entonces era puntuables para el Mundial. Una gran gesta considerando la escasez de potencia de su moto en un circuito tan rápido. Nueva victoria en el circuito de Spa-Francorchamps en Bélgica. Ibe primero en la clasificación pero se cayó bajo la lluvia en el GP de Irlanda del Norte y se rompió el brazo izquierdo y muchos pensaron que la temporada había acabado para él. No le conocían. Volvió e hizo quinto en el Circuito de Imola. Y se llegó a la última carrera de la temporada a un Yugoslavia, a un solo punto del primer clasificado. Empezó la carrera en cabeza pero rompió en la séptima vuelta. AL final, pese a caídas y roturas, fue tercero en el Campeonato del Mundo de 250 cm3… y de paso ganó el Campeonato de España de 250cc por tercer año consecutivo. Comenzó muy bien el Campeonato del Mundo de 250cm3 de 1970. Llegaba luchando por el Mundial cuando llegaron a la carrera del TT de la Isla de Man. La carrera se celebraba el día 8 de junio de 1970. Santiago Herrero rodaba tercero cuando llegó a Westwood Corner cuando iba el tercero y era la última vuelta de la carrera… era un buen resultado en un circuito que no le favorecía. Pero Santiago Herrero colisionó Stanley Wood y salió despedido… Wood se rompió un tobillo y las dos clavículas pero Santiago Herrero salió muy malparado murió por las graves heridas dos días después… tenía 27 años. OSSA no lo superó. Bueno, ni OSSA ni nadie. La marca abandonó para siempre las carreras del Mundial de velocidad. Y perdimos a uno de nuestros grandes pilotos de motocicletas. Hubo que esperar a Sito Pons y a 1988 para ganar un Mundial de 250 cm3. La Federación Español de Motociclismo prohibió desde entonces emitir licencias para disputar esa carrera, una medida todavía vigente… Los pilotos españoles que siguen participando allí lo hacen con licencia de otra Federación. Conclusión Seguiremos en estos videos recuperando la memoria de pilotos injustamente olvidados. Santi Herrero no consiguió el Mundial, pero se convirtió en una figura mítica por su talento innato para ir en moto… no lo vamos a olvidar.