Laudes VII día de la Octava de Navidad
Liturgia de las Horas - Un pódcast de Jose Camacho Cotto

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Laudes VII día de la Octava de Navidad (Oración de la mañana) INVOCACIÓN INICIAL V. Señor abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza INVITATORIO Ant. A Cristo, que por nosotros ha nacido, venid, adorémosle. SALMODIA Salmo 62 - Ant. «¿A quién habéis visto, pastores? Hablad, contádnoslo, ¿quién se ha aparecido en la tierra?» «Hemos visto al recién nacido y a los coros de ángeles alabándooslos al Señor.» Aleluya. Cántico - Ant. El ángel dijo a los pastores: «Os anuncio una gran alegría: hoy os ha nacido el Salvador del mundo.» Aleluya. Salmo 149 - Ant. Hoy nos ha nacido un niño que se llamará Dios poderoso. Aleluya. RESPONSORIO BREVE v. El Señor revela su salvación, Aleluya, aleluya. r. El Señor revela su salvación, Aleluya, aleluya. v. Los confines de la tierra la han contemplado. r. Aleluya, aleluya. v. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. r. El Señor revela su salvación, Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Se dejó ver con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, cantándooslo: «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.» Aleluya. Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas: Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. PRECES “Señor, ten piedad de nosotros.” Conclusion V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. (750)