Laudes Domingo de la III semana de Adviento
Liturgia de las Horas - Un pódcast de Jose Camacho Cotto

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LAUDES DOMINGO DE LA III SEMANA DE ADVIENTO (Oración de la mañana) INVOCACIÓN INICIAL V. Señor abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza INVITATORIO Ant. Al Rey que viene, al Señor que se acerca, venid, adorémosle. SALMODIA Salmo 92 - Ant. Vendrá el Señor y no tardara: iluminará lo escondido en las tinieblas y se manifestará a todos los hombre Aleluya. Cántico - Ant. Los montes y las colinas se abajarán. Lo torcido se enderezará y lo escabroso se igualará. Ven, Señor, no tardes. Aleluya. Salmo 148 - Ant.Salvaré a Sión y mostraré mi gloria en Jerusalén. Aleluya. RESPONSORIO BREVE v. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. r. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. v. Tú que has de venir al mundo. r. Ten piedad de nosotros v. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. r. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Habiéndose enterado Juan en la cárcel de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a que le preguntasen: «¿Eres tú el que ha de venir o hemos de esperar a otro?». Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas: Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. PRECES “Muéstranos, Señor, tu misericordia." Conclusion V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. (702)