Lanzamiento de hachas contra el estrés
La Tertulia de Cómicos - Un pódcast de SER Podcast - Sabados
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la tertulia política "más seria" de la radio española con Pere Aznar, Virginia Riezu y David Navarro. Esta semana hemos vivido nuevos debates sobre viejos asuntos. Si sólo escucháramos algunas intervenciones del Congreso y no atendieramos a las circunstancias del exterior, parecería que estamos de nuevo en los principios del 2000. Después de narco-comunista, dicto-liberticida o bolchevique irredento, ha llegado un nuevo palabro para referirse al gobierno SOCIALBILDUETARRAS: Más que un nombre, parece la contraseña de un WIFI. Irene había terminado la carrera, cursado un máster y encontrado un trabajo de lo suyo en recursos humanos cuando empezó "a tontear con el póker". Ahora, tres años después, se dedica profesionalmente al juego de cartas en Reino Unido. Su alias es Frogy16 y ya ha ganado sus primeros torneos y premios importantes. Irene reconoce que el póker, como otras disciplinas dentro del juego, está asociado con problemas como la ludopatía. No obstante, aporta varias claves para diferenciarlo de otros juegos donde el azar juega un papel más importante. En el póker, el contrincante no es el casino, ni una máquina, sino otros humanos. Para ser un jugador profesional y ganador a largo plazo, el póker requiere algo de suerte y una parte importantísima de trabajo en la sombra: estudio de datos, estadística y elaboración de estrategias en función de multitud de variables. Cinco días a la semana, como un trabajo cualquiera. Sin ese trabajo, resume Irene, "nos pelan vivos en las mesas". Además del estudio previo y posterior a las partidas, Irene nos descubre el lado psicológico del póker. Por un lado, el jugador profesional quiere pasar desapercibido, ocultar toda la información posible mientras se percata de cada detalle de sus rivales en la mesa. Por el otro, es esencial mantener la cabeza fría en los días malos: "te tienes que habituar a perder", resume. El estudio es importante, pero también hay que ser paciente y saber que las cartas tienen la última palabra.