DIA 97 - Jesús Ante Pilato

La Biblia en Un Año (con el pastor Julian G.) - Un pódcast de Julian Gamba

Hoy estaremos leyendo Josué 15 y 16, Lucas 23:1-43 y el Salmo 67. En Josué 15 y 16, se nos presenta la distribución de la tierra a las tribus de Judá y Efraín. A simple vista puede parecer solo geografía, pero si leemos con atención, vemos algo más profundo: Dios cumple lo que prometió, territorio por territorio, frontera por frontera.Por ejemplo, en Josué 15:13, se menciona que a Caleb se le dio Hebrón, tal como Moisés lo había prometido. Caleb no solo recibió una tierra, sino el cumplimiento de una promesa personal después de muchos años de espera.Aunque algunas zonas no fueron totalmente conquistadas, como se menciona en Josué 16:10, la fidelidad de Dios permanece. Él entrega las promesas, pero espera que nosotros tomemos posesión con fe, perseverancia y obediencia.Reflexiona: ¿Estás viendo los detalles del cumplimiento de Dios en tu vida? ¿Hay promesas que Dios te entregó y que todavía estás llamado a conquistar?En Lucas 23, vemos a Jesús siendo juzgado injustamente por Pilato, Herodes y la multitud. Aunque no encuentran culpa en Él, terminan eligiendo liberar a Barrabás y condenar a Jesús. La injusticia es evidente, pero Jesús no se defiende, no se resiste; se entrega por amor.Mientras es crucificado, ora por sus enemigos. En Lucas 23:34, dice:"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (NTV).Y en medio de la oscuridad del calvario, ocurre un acto de fe extraordinario. Uno de los criminales crucificados junto a Él le dice: “Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu Reino.” Y Jesús le responde en Lucas 23:43:"Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso" (NTV).La cruz no solo fue un instrumento de castigo, fue el altar donde se ofreció gracia al pecador arrepentido.Reflexiona: ¿Estás viendo la cruz solo como un símbolo religioso o como el lugar donde comenzó tu redención? ¿Has recibido esa gracia como lo hizo aquel ladrón que reconoció al Rey en medio del dolor?El Salmo 67 es una oración misionera, un clamor para que la bendición de Dios no solo se quede en nosotros, sino que fluya hacia las naciones. En Salmo 67:1-2, dice:"Que Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga; que su rostro brille con favor sobre nosotros. Que se conozcan tus caminos en toda la tierra, y tu salvación entre todas las naciones" (NTV).La bendición no es el final, es el medio para que otros también conozcan al Dios que salva, transforma y redime.Y en el verso 7, concluye con una declaración de fe:"Sí, Dios nos bendice, y el mundo entero lo temerá" (NTV).