DIA 60 - Jesús Es Crucificado

La Biblia en Un Año (con el pastor Julian G.) - Un pódcast de Julian Gamba

Hoy estaremos leyendo Números 11-12, Marcos 15:1-32 y el Salmo 44:1-8. En Números 11 y 12, el pueblo de Israel vuelve a quejarse contra Dios. En Números 11:4-6, los israelitas recuerdan la comida que tenían en Egipto y se lamentan por el maná que Dios les estaba proveyendo, diciendo:"¡Cómo echamos de menos el pescado que comíamos gratis en Egipto! También teníamos pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos. Pero ahora hemos perdido el apetito; no vemos más que este maná" (NTV).Dios responde enviando codornices en abundancia, pero también juicio sobre los que se dejaron llevar por su codicia. Esto nos recuerda que, cuando nos enfocamos en lo que no tenemos, podemos menospreciar las bendiciones de Dios.En Números 12, Aarón y María critican a Moisés y son reprendidos por Dios. María es castigada con lepra y solo es sanada cuando Moisés intercede por ella. Dios les dice en Números 12:8:"A él le hablo cara a cara, con claridad y no en acertijos. Él ve al Señor como es. ¿Por qué, pues, no tuvieron temor de hablar en contra de mi siervo Moisés?" (NTV).Esto nos enseña la importancia de respetar la autoridad de Dios y de mantener una actitud de humildad. Reflexiona: ¿Estás confiando en la provisión de Dios o te quejas por lo que crees que te falta? ¿Estás cuidando tus palabras y actuando con humildad?En Marcos 15:1-32, vemos la humillación y el sufrimiento de Jesús antes de la crucifixión. Es llevado ante Pilato, quien no encuentra culpa en Él, pero cede a la presión de la multitud. En Marcos 15:15, leemos:"Entonces Pilato, para calmar a la multitud, puso en libertad a Barrabás. Luego mandó a azotar a Jesús con un látigo de punta de metal y lo entregó para que lo crucificaran" (NTV).Jesús es burlado por los soldados y llevado al Gólgota, donde es crucificado entre dos ladrones. Aun en Su agonía, Jesús permanece en silencio, cumpliendo la voluntad del Padre.En el versículo 29, la gente se burla de Él, diciendo:"¡Oye! Tú que destruías el templo y en tres días lo reconstruías, ¡sálvate a ti mismo y baja de la cruz!" (Marcos 15:29-30, NTV).Pero Jesús no bajó de la cruz, porque Su propósito era salvarnos. Reflexiona: ¿Cómo estás respondiendo al sacrificio de Jesús? ¿Estás viviendo con gratitud por Su entrega o simplemente lo das por hecho?En Salmo 44:1-8, el salmista recuerda cómo Dios ha dado la victoria a Su pueblo. En el versículo 3, dice:"No fue con sus espadas que tomaron la tierra, ni su brazo el que les dio la victoria; fue tu mano derecha, tu brazo poderoso y el resplandor de tu rostro, porque los amabas" (NTV).Nuestra victoria no depende de nuestra fuerza, sino del amor y el poder de Dios.