DIA 205 - La Cena del Señor

La Biblia en Un Año (con el pastor Julian G.) - Un pódcast de Julian Gamba

Hoy estaremos leyendo Nehemías 9-10, 1 Corintios 11:17-34 y el Salmo 109:1-21. En Nehemías 9, el pueblo se reúne en ayuno, con vestiduras de luto y arrepentimiento. Confiesan sus pecados y recuerdan toda la historia de la fidelidad de Dios desde Abraham hasta sus días. Es un capítulo cargado de memoria, de oración y de reconocimiento del pecado colectivo.Uno de los versículos más significativos dice: “Pero tú eres Dios de perdón, misericordioso y compasivo, lento para enojarte y lleno de amor inagotable. No los abandonaste” (v. 17).En Nehemías 10, como respuesta a la Palabra y al arrepentimiento, hacen un pacto renovado con Dios, comprometiéndose a obedecer su ley y vivir conforme a sus mandamientos. Esta es la marca de un verdadero avivamiento: arrepentimiento profundo y compromiso renovado.Reflexiona: ¿Estás recordando la fidelidad de Dios en tu historia? ¿Qué áreas necesitas rendir nuevamente para caminar en obediencia?En 1 Corintios 11:17–34, Pablo confronta a los corintios por tomar la Cena del Señor de manera indigna, sin discernir el cuerpo ni examinar sus corazones. Les recuerda el propósito sagrado de la Cena: recordar el sacrificio de Jesús con reverencia, humildad y unidad.Dice: “Cada vez que coman este pan y beban de esta copa, anuncian la muerte del Señor hasta que él vuelva” (v. 26, NTV).El apóstol nos invita a autoevaluarnos y a no tomar a la ligera lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz.Reflexiona: ¿Estás viviendo de manera digna del sacrificio de Cristo? ¿Cómo te preparas para participar de la mesa del Señor?En Salmo 109:1–21, David clama a Dios en medio de acusaciones y traición. Es uno de los salmos más intensos emocionalmente: el salmista no esconde su dolor ni su frustración, pero aun así, dirige su angustia al Señor.En medio de las maldiciones, David declara: “Pero yo sigo orando por ellos” (v. 4, NTV).Al final, confiesa que no tiene otra esperanza: “Ayúdame, oh Señor mi Dios; sálvame por tu gran amor” (v. 26, NTV).