DIA 103 - Dios le da la Victoria a Débora
La Biblia en Un Año (con el pastor Julian G.) - Un pódcast de Julian Gamba

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Hoy estaremos leyendo Jueces 3 y 4, Juan 5 y el Salmo 69:18-26. En Jueces 3, comenzamos a ver el ciclo que se repetirá a lo largo de este libro: el pueblo peca, Dios permite que sean oprimidos, ellos claman, y Dios levanta jueces para liberarlos.Uno de ellos fue Otoniel, luego Aod, y más adelante Samgar. Cada uno muy diferente, pero todos usados por Dios para traer libertad. Lo importante no era su perfil, sino su disposición. En medio de la oscuridad, Dios usó a hombres comunes para cumplir Su propósito.En Jueces 4, aparece Débora, una profetisa y líder que guía a Israel junto con Barac. Dios da la victoria, pero la gloria no recae en un guerrero, sino en una mujer llamada Jael, que derrota al enemigo con una estaca de tienda.Este relato nos recuerda que Dios usa a quien Él quiere, como Él quiere, cuando Su pueblo está dispuesto a obedecer.Reflexiona: ¿Estás siendo parte de la solución cuando ves injusticia y pecado, o simplemente te estás quejando? ¿Estás dispuesto a ser usado por Dios, sin importar tu pasado o tu perfil?En Juan 5, Jesús va a un lugar llamado Betesda, donde muchos enfermos esperan un milagro. Allí ve a un hombre que llevaba 38 años inválido. Y le hace una pregunta directa:"¿Te gustaría recuperar la salud?" (Juan 5:6, NTV).El hombre responde con excusas, pero Jesús no espera condiciones ideales. Él dice:"¡Levántate, toma tu camilla y anda!" (verso 8, NTV).Y el milagro ocurre… pero es sábado. Y los líderes religiosos, en lugar de celebrar, critican. Jesús entonces les revela que Él tiene autoridad, no solo para sanar, sino para dar vida y juzgar. En verso 24, dice:"Les digo la verdad: todos los que escuchan mi mensaje y creen en Dios, que me envió, tienen vida eterna" (NTV).Este capítulo nos muestra que Jesús no solo sana lo físico, sino que confronta corazones religiosos, y ofrece vida abundante y eterna.Reflexiona: ¿Estás esperando un milagro sin responder al llamado de levantarte? ¿Estás escuchando a Jesús o atrapado en reglas que te impiden ver Su gracia?En Salmo 69, David sigue clamando desde un lugar de profundo dolor. Pide a Dios que lo rescate, que no se aleje. En verso 18, dice:"Acércate y rescátame; líbrame de mis enemigos" (NTV).David describe cómo lo han humillado, avergonzado, perseguido injustamente. Está herido no solo por lo que le hacen, sino porque Dios parece guardar silencio. Sin embargo, él no deja de orar.