AMOR Y CONFIANZA

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El titulo real de esta serie debería de ser amor y confianza, porque en realidad no se puede confiar, sino amas y no se puede amar y a la vez desconfiar. Pero debemos reconocer que en realidad todas nuestras relaciones se han estado planteando de una forma equivocada, ya que muchos de nosotros hemos precisado amar, pero a la vez no confiar. O hemos mencionado confiar, pero no amar. Esto se ha estado dando en todas nuestras relaciones empezando desde nuestra relación con Dios y abarcando  todas las demás relaciones que solemos disfrutar en nuestra vida. Usted va encontrar personas que dicen amar a Dios, pero no confían en Dios. Va encontrar personas que dicen amar a su conyugue, pero no confían en su conyugue. Por otro lado padres e hijos que dicen amarse, pero a la vez ninguna de ambas partes confía el uno del otro. Esto a calado en casi todas nuestras relaciones, por no decir en todas. Por consiguiente estamos viviendo y experimentando relaciones no reales, no saludables. Una de las señales de amar a alguien es confiar en ese alguien. La evidencia o el fruto de nuestro amor se ve revelado o reflejado en tu confianza en esa persona. Confianza es una palabra compuesta por fe y esperanza. Esto quiere decir que si alguien dice confiar en otra persona debe tener seguridad y esperanza en esa persona. Si quisiéramos saber cuan saludables son nuestras relaciones solo hay una forma de probarlo, es preguntándote cuanto confías en esa persona, esto arrojara la condición real de tu relación. Cual sea que fuera. Nuestras relaciones no han ido más profundas, tampoco pueden desarrollarse porque puntualmente estamos tratando de amar sin confiar y estamos tratando de confiar sin amar. La gran mayoría de personas está dispuesta a ser amada, pero no dispuesta a dar confianza. Existe el viejo pensamiento de que la confianza se gana, eso no es real. Hemos crecido qon este dicho y mito destructivo. “La confianza se regala, la desconfianza se gana” La confianza es un regalo. Muchas relaciones no han llegado hasta donde deben llegar… por el simple hecho de no amar de manera correcta. Amar es confiar, confiar es la evidencia de amar. Confiar es la respuesta de que amo en Dios. No existe manera de tratar de amar a Dios, lejos de confiar en él. Hay un pasaje en la biblia donde podemos encontrar a Dios tratando en la vida de un hombre llamado Abram y de su esposa Saraí, aunque ambos se habían mostrado obedientes al mandato de Dios de salir de su parentela. Dios sabía que iba necesario ensenarles a amar y confiar en Dios. Vallamos al libro de Gn.17:19;21 – 18:1-15 Cuando hablamos de una relación saludable con Dios y aún con nuestras distintas relaciones puede que seamos gente muy dispuesta a obedecer y hasta ser serviciales, pero todo esto se puede dar y aun así no confiar en Dios. Y más aun no amarlo de manera correcta. Abram y Saraí probaron ser obedientes, pero también revelaron la necesidad de aprender a amar a Dios y confiar en Él. Hoy más que nunca estoy convencido que la mayoría en este lugar somos muy obedientes como Abram y Saraí. Pero a la vez nos va ser necesario decidir amar a Dios y aprender a confiar en Él. Abram en el capítulo 12:1-9 termina de escuchar las maravillosas y asombrosas promesas de Dios y decide tomar un decisión que jamás consulto a Dios, marcharse él y su esposa hacia Egipto. Tuvo un problema, tomo su propia decisión, tenía su propio plan. En pocas palabras, él y su esposa tendrían que iniciar el viaje de aprender a amar a Dios y aprender a obedecerlo. Gn. 12:10-20. Algunos rasgos de alguien que aun necesita aprender a amar y confiar en Dios.  En medio de sus problemas:  Toma sus propias decisiones y construye sus propios planes.   Pero hubo hambre en el país, y Abram descendió a Egipto para pasar allí un tiempo, porque el hambre era severa en aquella tierra. Vs.10 Cuando se estaba acercando a Egipto, Abram dijo a Saraí su mujer: «Mira, sé que eres una mujer de hermoso parecer; y sucederá que cuando te vean los