El pecador es pobre sin Cristo

En este sermón, se resalta la pobreza espiritual del pecador y la necesidad de Cristo para transformar esa miseria. A través de un análisis del pasaje, se enfatiza que Jesús, como el "Señor de todos", tiene la autoridad para enriquecer a los pecadores con la salvación. Contrario a las falsas enseñanzas de prosperidad material, subrayamos que la verdadera riqueza es la salvación ofrecida solo por Cristo. Solamente el Señor Jesús ofrece perdón, justificación, regeneración y adopción a todos los que creen en Él, independientemente de su trasfondo. Destacamos la importancia de la fe en Cristo, quien no solo perdona, sino también transforma la vida del creyente, otorgándole riquezas espirituales eternas que superan cualquier bien material. Por lo tanto, el llamado final es a abandonar la pobreza espiritual y aceptar la riqueza que Cristo ofrece.