Resurección de Cristo desde la teología - 3 de 3 by Fray Nelson Medina

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¿ES RAZONABLE LA RESURRECCIÓN? * A partir del orden de la justicia, uno ve que si el fracaso es el destino último de quien quiera ser bueno, sincero, humilde, generoso y puro como Cristo, no hay justicia. * El orden de la justicia reclama que el bien sea digno de premio y el mal digno de castigo. Pero por otra parte es obvio que esa justicia no se alcanza en esta tierra. Parece entonces razonable afirmar que si existe un Dios justo, sabio y poderoso, debe haber un espacio de retribución más allá de la frontera de la muerte. * Por lo demás, si seguimos la antropología propia de la revelación bíblica desde la creación, hay que afirmar que ningún premio o castigo se circunscribe a lo puramente "espiritual." Por eso parece lógico afirmar, desde el camino de la Historia de Salvación, que el pleno orden de la justicia reclama que haya resurrección coporal. * Y ya hemos visto que la misión de Cristo, en su triunfo sobre la Gran Mentira, supone una revelación que se hace densa en la Cruz pero que queda en interrogante con la muerte. Por algo dice el apóstol Pablo (1 Corintios 15) que creer en Cristo sin afirmar su resurrección es hacerse partícipe de una desgracia. ¿POR QUÉ ALGUNOS CATÓLICOS, INCLUSO TEÓLOGOS, NIEGAN LA RESURRECCIÓN CORPORAL? * Se trata en últimas de una concesión al naturalismo y al racionalismo. Es la idea de que no puede suceder lo que nosotros no podamos explicar a partir de las mismas leyes que encontramos vemos actuar en otros ámbitos de la naturaleza. Finalmente es un modo de ofrecer un Evangelio que se supone que debería ser más fácil de aceptar, uno que fluye con el espíritu del mundo. Lo único que queda a partir de ese naturalismo es el puro esfuerzo de la voluntad humana por seguir el ejemplo de Cristo. Y por meritorio que esto parezca en realidad niega toda la obra de la redención. * Una variación de esta negación básica es la falsa excelencia. Cuando alguien dice: "Mi fe permanecería inalterable si apareciera el cadáver de Cristo" puede generar la impresión de que su fe es particularmente robusta o madura. La verdad es que si esa es una fe ya no es la fe cristiana y católica. Es la reducción del misterio de Cristo a una praxis admirable que en el fondo depende de ejemplos y fuerzas puramente humanas. * Por el contrario, la unánime tradición de la Iglesia ha sostenido el triunfo completo, perfecto e irreversible de Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, sobre el pecado y sobre la muerte: ¡Verdaderamente ha resucitado el Señor!