2. Cataratas, colirios y otras historias de la oftalmología

Historias de la Medicina - Un pódcast de MHM

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El colirio, la forma en la que denominamos los medicamentos para las afecciones de los ojos, tiene una etimología curiosa. Proviene del griego kollýrion que era como se denominaba en la antigüedad a un tipo de bollo de pan basto, su significado evolucionó hasta el de cataplasma y a partir de ahí adquirió rango de medicamento oftalmológico. La verdad es que los colirios sólidos que utilizaban los griegos y romanos poco se parecen a la gotas que nos ponemos hoy en día en los ojos. Los colirios de los primeros oftalmólogos se rallaban sobre los ojos o se pulverizaban con aceite, vino e, incluso, vinagre. Los oftalmólogos de la antigüedad, aunque estos procedimientos nos parezcan poco apropiados, conseguían así curar infecciones y hasta operaban de cataratas a sus pacientes. No siempre saldría bien, pero el nivel que alcanzaron estos médicos egipcios en el cuidado de los ojos es muy destacable. Recientemente se realizaba un estudio con tomografía axial computerizada a cuatro momias que pertenecen al Museo de Ciencias Naturales de Madrid. Una de ellas pertenece al sacerdote Nespamendu, oftalmólogo personal de faraones de la época ptolemaica. Vivío entre hace 2.200-2.300 años y fue enterrado con los honores y el ajuar de una persona preeminente. La civilización fue es una de las pioneras en el estudio de la oftalmología y abundan las referencias de los tratamientos que se indicaban a los pacientes para las afecciones oculares. La historia de las enfermedades oculares es el capítulo que repasamos en esta ocasión de la mano de Adrian Hugo Llorente, médico e investigador del Museo Vasco de Historia de la Medicina de la UPV/EHU.