El secuestro de Heineken y el rescate más caro de la historia de Europa

Historias de la economía - Un pódcast de elEconomista - Lunes

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🍺En la década de los 80, Heineken no era solo una de las cervezas más vendidas del mundo, también era toda una institución en los Países Bajos. Tras más de un siglo de vida, diversos procesos de expansión, fusiones, innovación, inversión en marketing o novedosas estrategias comerciales... se había convertido, además, es una de las empresas más importantes del país, por la imagen que proyectaba, pero también por el presupuesto que manejaba o la cantidad de empleo que creaba.💰Fruto de esta evolución, la familia Heineken, que seguía controlando la compañía, se había convertido en millonaria. En aquellos años 80, el patriarca de la compañía, Alfred Heineken, nieto del fundador y más conocido como Freddy, contaba con una fortuna equivalente a cientos de millones de euros actuales. 🔫Es en ese contexto cuando ocurre uno de los sucesos que logró capturar la atención global y conmocionar al mundo empresarial y financiero: el secuestro del propio Freddy Heineken. El 9 de noviembre de 1983, a las 18.56, en la zona de lujo de Amsterdam, frente a la oficina de la compañía. Un grupo de 5 encapuchados le asaltó a punta de pistola. También a su chófer, Ab Doderer, que trató de impedir el secuestro, así que también se lo llevaron.