El ocaso de Credit Suisse

Historias de la economía - Un pódcast de elEconomista - Lunes

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Fundado hace más de 150 años, Credit Suisse no es solo uno de los bancos más antiguos del mundo, también ha llegado a estar entre los más prestigiosos, respetados y poderosos. Una entidad que ha jugado un papel clave en el desarrollo de la Suiza moderna, pero los escándalos que le han rodeado en los últimos años, que incluyen casos de espionaje, corrupción, evasión fiscal y grandes pufos, han lastrado su imagen, y junto a un montón de malas decisiones, amenazan su supervivencia.La entidad financiera fue fundada en Zurich, en 1856, por Alfred Escher, un político y empresario, que fue clave en el nacimiento y el desarrollo de la Suiza moderna. Era miembro de una antigua y prestigiosa familia, que además acumulaba una gran riqueza, gracias a los negocios de su padre.Entra muy joven en el mundo de la política, en un momento, mediados del siglo XIX, en el que Suiza está en pleno cambio de régimen, con la creación de una nueva Constitución y un nuevo sistema federal. Uno de los principales objetivos de Escher es el impulso del tren en el país helvético, que consideraba clave para la modernización, y para evitar quedar desconectados del resto de Europa. Gracias a su empeño, en la década de 1850, empieza a implantarse el ferrocarril privado en Suiza.Y es en ese contexto cuando Escher crea Credit Suisse, cuyo principal cometido en el momento de su nacimiento era financiar los proyectos nacionales ferroviarios, y así ofrecer una alternativa a los bancos franceses, que querían influir sobre el sistema ferroviario suizo. El industrial se inspiró en el banco frances Credit Mobilier, que había nacido poco antes, y que estaba muy enfocado también en proyectos ferroviarios. Pero con una política crediticia más conservadora, centrada en préstamos a corto y medio plazo. En su primer año, el 25% de los ingresos del banco procedían de la primera línea de ferrovarril suiza, que estaba siendo construida, precisamente, por otra empresa del propio Escher.Credit Suisse juega desde el principio un papel clave en el desarrollo económico suizo, ayudando al desarrollo de su sistema monetario, financiando a empresarios e invirtiendo, entre otras cosas, en la construcción del túnel de San Gotardo, una obra faraónica, que conectó a Suiza con el sistema ferroviario europeo en 1882. También financió la creación de la red eléctrica helvética, una industria tan importante como la ferroviaria. Y también apoyó económicamente el esfuerzo por deasrmar y encarcelar a las tropas francesas, situadas en la frontera suiza en la guerra franco-prusiana de 1870. Tras el conflicto, se convirtió en el banco más importante del país.Al final del siglo XIX, Credid Suisse empieza a crecer, con la apertura de una oficina en Ginebra, y con presencia internacional en Bélgica y Alemania. También lanza varias compañías de seguros, como Swiss RE, Swiss Life o Schweiz.Pero esa expansión también es la que le lleva a sufrir su primer año con resultados negativos en 1886. La culpa fue de las pérdidas en la agricultura, ya que había creado su propia fábrica de remolacha azucarera, además de comprar acciones de una empresa de animales; las inversiones de riesgo excesivamente especulativas, la evolución de las materias primas y el comercio internacional.Con el cambio de siglo, Credid Suisse inicia una reestructuración, y empieza a enfocarse en la banca minorista, como respuesta al crecimiento de la clase media, y la aparición de dos nuevos bancos que le hacen la competencia: UBS y Julius Bar. Comienza a atender a los consumidores directamente, con mostradores en los que pueden gestionar depósitos, cuentas de ahorro y el cambio de divisas. Tras la I Guerra Mundial, el banco ayuda a las empresas afectadas, y otorgó numerosos préstamos préstamos para los esfuerzos de reconstrucción. La década de los 20 fue durísima para la entidad, con los beneficios y los dividendos reducidos a la mitad, y los empleados aceptando recortes salariales.El...