511. Perder el miedo a vender

Espabilismo - Un pódcast de Marina Miller

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Es muy fácil sentir qué vender es algo negativo y por eso a tanta gente le gustaría perder el miedo a vender. Parece que si te gustar vender, eres una persona agresiva o poco ética. Aunque muchos lo asocian un acto de manipulación; no es real, es simplemente comunicar el valor de tu producto o servicio a alguien que se beneficiaría de utilizarlo. Cuando vendes estás ofreciendo un producto o servicio con valor real a alguien que lo necesita. No es algo que se haga para enriquecerse (aunque algunos lo hagan por eso). Se trata de ayudar a la gente a resolver sus problemas, lo que se traduce en una ganancia para ti y para ellos. Vender no es malo; es una oportunidad increíble para superarte y crecer personalmente (yo misma lo he vivido). Cuanto más vendas, mejor sabrás venderte a ti mismo, tus ideas y tus productos o servicios. Aunque no seas consciente, te vendes a tu pareja, amigos y todo el que se cruza contigo cuando quieres convencerle de algo. Mucha gente tiene miedo a vender porque piensan que vender es malo, parece que solo funciona si mientes o manipulas a alguien para que compre tu producto. Al igual que una pistola sirve para robar o para defender, con la vender sucede exactamente lo mismo, es buena o mala según el uso que se hace de eso. La mayoría de la gente asocia la venta con un vendedor insistente que intenta que compren algo que no quieren por todos los medios. Pero vender no es eso: es ayudar a alguien a encontrar lo que necesita y cobrar por ello. Y si no es lo que necesita, pues no sigues insistiendo. Vender no consiste en convencer a alguien para que compre algo; consiste en ofrecer productos que tengan un valor real a cambio de dinero (u otras cosas de valor). La mejor manera de hacer ambas cosas es con honestidad y transparencia: siendo honestos sobre lo que ofrecemos, cuánto cuesta y por qué merece la pena comprarlo, sin ver a nuestros clientes como monigotes con billetes de euro en los ojos. Los mejores vendedores lo saben y centran sus esfuerzos en identificar lo que el cliente quiere (no lo que dice que quiere). Una vez identificadas estas necesidades, entonces pueden encontrar cómo narices resolver esas necesidades. Cuando vendes y tienes miedo, acabas ocultado información negativa y endulzando el trato con ventajas y beneficios adicionales. Si encima vas a la desesperada, el otro siente tu escasez y se largará. En lugar de intentar cerrar una venta desesperadamente, es mejor hablar del valor real, explicando por qué lo que ofreces es realmente valioso para esa persona en concreto y cómo le ayudará a alcanzar sus objetivos o mejorar su vida de alguna forma. Sin duda, ha llegado el momento de replantear la forma de vender que creías como la única hasta ahora... No olvides pasarte por aquí para recibir mi primera píldora secreta: https://espabilismo.com