Hermann Hesse y el Arte de Confrontar el Dolor: Carta a Renata Schweitzer

Epistolar - Un pódcast de Antología de lo íntimo - Miercoles

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Hermann Hesse fue uno de los autores alemanes más leídos del siglo XX. Escribió novelas, cuentos, poesías, meditaciones y hasta una ópera. Fue perseguido por la Gestapo, que quemaba sus libros en las plazas de Berlín. Y recibió el Premio Nobel de Literatura en 1946. Fue, además de todo eso, un autor popular e influyente. Y de una copiosa correspondencia. Dicen algunos biógrafos que hay registros de, al menos, 35 mil respuestas a cartas de lectores. Ésta es una de las cartas, dirigida a la poeta alemana Renata Schweitzer. Es un texto lleno de ánimo para alguien que está sufriendo. Si una carta es una conversación entre dos ausentes, acá se convierte en una charla con abrazo incluido. Lee la actriz de la Comedia Nacional de Montevideo Florencia Zabaleta. *** Montagnola, diciembre de 1954 Querida Renata Schweitzer: Me daba lástima quemar sus poesías, pero su deseo está cumplido. Las dos están quemadas. Entre tanto, habrá recibido, sin duda, aquellas pocas líneas que le he escrito en contestación a su primera desesperada carta. He pensado dos días en usted, antes de encontrar las palabras convenientes. Porque no quería ni juzgar sus lágrimas, ni acariciarle la cabeza, pero sí decirle algo que fuera, dentro de lo posible, sincero. No deseo en absoluto irrumpir en un dolor vivo. Casi ya no puedo escribir más cartas. Con mi debilidad que aumenta diariamente, ya me resulta bastante molesto tener que leer lo que me traen cada día... Pero ahora tengo que decirle una cosa: posee usted demasiado talento y, posiblemente, es demasiado sutil, para tener derecho a entregarse al tormento como una criatura cualquiera de la naturaleza. Me gustaría que de cuanto usted ha sufrido surgiera tanta idea y tanto fervor en lo verdadero y real que su vida se convirtiera, si no en feliz, al menos en más rica y profunda de lo que era antes. Me resulta tan difícil encontrar palabras como a mis ojos y mis dedos les resulta difícil escribirlas. ¡Conténtese con eso! Suyo Hermann Hesse