Episodio 49 - Carta de un padre a una hija contándole cómo es la selva (Tálata Rodríguez)
Epistolar - Un pódcast de Antología de lo íntimo - Miercoles
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Tálata Rodríguez nació en 1978 de madre argentina y padre colombiano. Entre los 10 y los 22 años, mantuvo con su padre una relación estrictamente epistolar. Él era profesor, pintor, escritor, viajero y "nómade estelar", como puso en algún pasaporte. Las cartas que su padre le mandaba eran más que cartas. Llegaban con semillas, ramas, pétalos, hojas y acotaciones a veces ilegibles. En uno de sus muchos viajes, llegó a la región amazónica de Colombia. En esta carta, que Tálata lee y que salvó de la muerte por humedad, su papá le cuenta cómo es la selva. ****** Este pedazo de Colombia limita con el Brasil, y está habitado por nativos (piratapuyos, cubeos, tucanos, curipatos) desde hace siglos; y estando con ellos, uno está como al comienzo del mundo: andan descalzos, los niños y las niñas caminan con destreza, saltan charcos y son muy queridos por sus padres. Son muchos, viven en Malocas. Mantienen a toda hora el fuego encendido y comen sin horario. Si a las 3 AM cogieron un venadillo o un chigüiro lo preparan y todos se levantan a comer. La noche buena tenía una orquesta de grillos y sapos y culebras y chicha para todos. La chicha es de maíz, ñame, o casabe, o fariña, y emborracha suave. Bailan un carrizo: un baile en espirales, como si una serpiente se desenroscara, y el hombre toca el carrizo, la flauta de caño, y la mujer va de gancho. A las indígenas les gusta el cabuco, el hombre blanco; y el amarillo, la gente rubia. Todos llevan algo de comer o de beber a la fiesta. Me emborraché con ellos y mi corazón botó el veneno de los engaños, hasta llorar solo con las estrellas, las hojas y los árboles, a quienes les grité mi pena. El viento de la selva sopló fuerte y se llevó el nombre de la única mujer que existe para mis sentimientos: Tálata Andrea.