Episodio 29 - María Teresa León (Judit Cebollada)

Epistolar - Un pódcast de Antología de lo íntimo - Miercoles

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Muchos de los poetas de la Generación del 27 se exiliaron en Buenos Aires. María Teresa León fue una de ellas, aunque su voz fue durante mucho tiempo silenciada por la crítica por su condición de mujer. Vivió durante casi 24 años en la Argentina. En esta carta, dirigida a su pareja, el poeta Rafael Alberti, le habla de amor, de trabajo, de los amigos en común y de una ciudad que le resultaba inhumana y tremendamente fastidiosa. Lee la actriz y locutora Judit Cebollada. ****** Rafael, ¡Vida! se me caen las alas al estar sola. No sé. Al despertarme me doy cuenta de lo mal que se respira cuando se tiene todo el aire para uno solo. He hablado con María Carmen. Losada cena con nosotros. María Carmen ha alquilado un estudio muy bonito. Ahora salimos de nuevo para cobrar 60 pesos de la revista “Sur”. Volveré muy pronto. Me duelen los zapatos con el asfalto. Esta es la ciudad más inhumana del mundo. Me gritan que es tarde. Te escribo a buchitos. Bésame. Te llevaré un perro o dos, todos los libros y nos quedaremos en nuestro escondrijo como dos viejas vizcachas incompatibles con los tranvías y el teléfono. Rafael ¡amor! Te beso. Un poquito desplumadita ya, pero sí, tu Paloma. Nueve de la noche. Creo que me voy a ir el sábado. Me harta Buenos Aires. Todo es incómodo, desesperado. Si salgo a la calle, tengo que tomar taxis porque soy una miedosa y me da miedo caerme y no sé ir a los sitios. Ayer me quedé en casa. Busqué los libros. Las maletas azules están rotísimas, ¡bastante duraron! Llevaré los libros en un cajón. No hablo nada más que de irme. Se ríen de mí. La piel de los hombres está hecha para sentir otra piel. Si no, no se duerme y se tiene la mitad de la sangre. No creas que tenemos amigos, sino apariencias de amigos, sombras. Lo único que tiene sangre y huesos es nuestro amor, nuestra costumbre (...)” Lunes 10. “(...) “Trabaja horrores, amor precioso, nuestra salvación próxima está en los sauces y los álamos de tu poesía (...)”