Carta de amor de la rusa Marina Tsvetáyeva

Epistolar - Un pódcast de Antología de lo íntimo - Miercoles

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Marina Tsvetáyeva fue una de las grandes figuras de la literatura rusa del siglo XX. Vivió las revoluciones de 1905 y 1917 y también la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial. Fue una escritora con una voz particularísima. Autora de poemas en los que se escucha el sentido más profundo del texto, su música, su ritmo, sus armónicos. La traemos hoy a Epistolar no sólo porque nos gusta sino también porque es la autora de una de las definiciones más bellas sobre qué es una carta. Acá va: “Una carta -dice ella- es una forma de comunicación fuera de este mundo, menos perfecta que el sueño, pero sujeta a sus mismas leyes. Ni la carta ni el sueño se dan por encargo: se sueña y se escribe no cuando nosotros queremos, sino cuando ellos quieren: la carta ser escrita y el sueño ser soñado." Otro botón de muestra de esa maravillosa escritura es esta carta de amor sensual y absoluto, pero que con el tiempo fue fugaz e infructuoso. Lee la actriz Teresa Marcos. *** Mi Arlequín, mi Aventurero, mi Noche, mi felicidad, mi pasión. Ahora me acostaré y te acercaré a mí. Para empezar lo haré de este modo: mi cabeza sobre tu hombro, dirás algo, te reirás. Tomo tu mano y la acerco a mis labios — la quitas — no la quitas — tus labios en los míos, el contacto profundo, la penetración — la risa calla, las palabras no existen — más cerca, más profundo, más caliente y más tierno — y ya es insoportable el placer que con tanta hermosura y habilidad prolongas. Lee y recuerda. Cierra los ojos y recuerda. Tu mano sobre mi pecho, —recuerda. El contacto de tus labios y mi pecho. Amigo, soy toda tuya.