Sánchez, al borde del precipicio

El podcast de Francisco Marhuenda - Un pódcast de La Razón

Puigdemont no tiene nada que perder, mientras que Sánchez puede encontrarse que la legislatura concluya abruptamente en los próximos meses. A estas alturas es fácil constatar que persiste en el error de no entender a su interlocutor y creer que al final no sucederá nada, porque no tiene otra alternativa que apoyarle. Puigdemont no deja indiferente a nadie y esto condiciona los análisis que se realizan en Madrid. En más de una ocasión me ha sucedido que afirmar que es un político coherente que no engaña a nadie provoca que algún iluminado diga que le apoyo. La verdad es que me resultan indiferentes las opiniones necias e inconsistentes. El expresidente catalán es un independentista convencido y no un converso. No necesita sobreactuar o hacerse perdonar, como alguno de los trepas que se han unido a Junts para medrar.