Episodio 17.- Los objetos NEO y el asteroide 2024 YR4
El planeta de pascua - Un pódcast de rpascua

El 14 de diciembre de 2009, NASA lanzaba al espacio un nuevo telescopio que ha resultado ser extremadamente productivo. Hablo del WISE, Wide-Field Infrared Survey Explorer. Se trata de un pequeño telescopio de unos 40 cm de diámetro destinado al estudio de la radiación infrarroja que llega hasta nuestro planeta procedente del espacio. En cierto modo, podríamos decir que es una evolución de su primo lejano, el IRAS. El WISE se lanzó con la intención de cubrir el 99% del cielo, tomando una serie de fotografías a un ritmo de una foto cada 11 segundos, y abarcando un campo en cada foto que equivaldría a tres veces el tamaño de la luna llena. Si tomas una fotografía de una región del cielo en un momento dado y realizas otra toma unos días más tarde de la misma región del cielo, las estrellas lejanas no habrán cambiado su posición. Sin embargo, los objetos más cercanos, dentro de nuestro Sistema Solar, como pueden ser los planetas, los cometas o los asteroides, se habrán movido con respecto a la fotografía anterior. Que había estrellas fijas y estrellas que se movían era algo conocido por nuestros antepasados. La palabra planeta, de hecho, significa “estrella errante”. Sin embargo, en el tema que quiero tratar hoy, los planetas no nos interesan mucho: sabemos que están ahí, conocemos bien sus órbitas, están perfectamente catalogados y no son peligrosos para nosotros. Pero, ¿qué ocurre cuando los puntos que se han movido son asteroides? ¿qué ocurre cuando tienen un tamaño considerable y al calcular la órbita descubrimos que están cerca, muy cerca y no los teníamos catalogados? Vamos primero con una definición. Asteroide es cualquiera de los muchos cuerpos rocosos o metálicos del Sistema Solar, ubicados la mayoría de ellos en una zona (el cinturón de asteroides), situada ente las órbitas de Marte y Júpiter; también se les conoce como planeta menor. Sus tamaños son muy variados y pueden ir desde los aproximadamente 1.000 km de diámetro de Ceres, que fue el primer asteroide descubierto, en 1801 (en 2006 se renombró a “planeta enano”); hasta menos de 10 m del más pequeño descubierto hasta ahora. Y, para terminar con este pequeño paréntesis, os cuento algo acerca de su origen: creemos que los asteroides se formaron mediante la acreción de cuerpos que tenían un tamaño cercano al metro, pero que no pudieron agregarse hasta formar un planeta debido a la fuerza gravitatoria de Júpiter, ya formado, cuando estos pequeños objetos se estaban agrupando. Es más, pensamos incluso que parte del material destinado a la formación Júpiter, pero que no llegó a utilizarse para este fin, pasó a formar parte de los asteroides y que las colisiones posteriores entre estos fragmentos contribuyó notablemente a romper objetos mayores. La mayoría de los meteoritos son fragmentos de asteroides. Aunque el grueso de asteroides se encuentra en el cinturón de asteroides, entre las órbitas de Marte y Júpiter, es decir, entre 2 y 4 UA (una UA, Unidad Astronómica, se define como la distancia Tierra-Sol y equivale a 150.000.000 km), existen grupos de asteroides en otras zonas más cercanas a nuestro planeta. Se trata de los asteroides del Grupo Amor, también conocidos como asteroides que rozan la Tierra; los asteroides del Grupo Apolo, también conocidos como asteroides que cruzan la órbita de la Tierra; y, por último, los asteroides del grupo Aten, otro conjunto de asteroides que cruzan la órbita de la Tierra y cuyas distancias promedio al Sol son menores que la de la Tierra. Los tres grupos anteriores forman parte de lo que los astrónomos denominan objetos NEO, de las siglas en inglés de Near Earth Object, que podríamos traducir como Objetos Cercanos a la Tierra. Un NEO también puede ser un cometa en un momento dado, si se aproxima lo suficiente a la Tierra como para entrar en esa categoría: la categoría del “peligro”. Sin duda, nos interesa mucho como especie tener controladas las órbitas de cuantos más objetos NEO mejor, ya que son potencialmente peligrosos, como demuestra la historia del planeta y sus extinciones masivas. Hablamos de objetos que, como cualquier asteroide y os señalé anteriormente, pueden tener tamaños que van desde metros hasta kilómetros. WISE, entre otras cosas, se dedicó a eso: a evaluar la población de asteroides potencialmente peligrosos. Se ha centrado en el estudio de los asteroides cuyas órbitas no superen los ocho millones de km de la Tierra y que sean lo suficientemente grandes como para sobrevivir al paso de la atmósfera terrestre y causar daño local. El proyecto consistió en tomar una muestra visual de esos objetos NEO que más nos pueden interesar teniendo en cuenta su cercanía y tamaño para poder calcular sus órbitas con la mayor precisión posible y realizar una simulación que nos permita hacer predicciones sobre toda la población en su conjunto. Algo que no es nada sencillo, puesto que las pequeñas interacciones gravitacionales a las que pueden estar sometidos estos objetos, provocan una variación de la órbita difícilmente predecible debido a la imposibilidad de tener en cuenta todas esas pequeñas perturbaciones. Existen unos 32.000 objetos NEO catalogados ahora mismo. Unos, por la propia misión WISE y otros por la NEOWISE, que sucedió a la WISE y que ha finalizado el 31 de julio de 2024. No nos estresemos mucho por el final de la NEOWISE, porque NADSA está preparando la siguiente generación del proyecto: la NEO Surveyor, cuyo lanzamiento está programado para el año 2027. Por cierto, el final de la NEOWISE tiene que ver con el aumento de la actividad solar, que hace que la atmósfera de la Tierra se expanda y afecte a los satélites que están en órbita baja. La atmósfera, al penetrar en la zona de la órbita del satélite, lo frena. Al no disponer NEOWiSE de propulsores para corregir la órbita, simplemente se frena y terminó cayendo a la Tierra (deshaciéndose por completo en la atmósfera) el 2 de noviembre de 2024. Aunque WISE estudió galaxias, cometas, estrellas… la NEO Surveyor se dedicará en exclusividad, al estudio de los asteroides con el fin de detectar lo antes posible aquellos que sean potencialmente peligrosos. Asteroide 2024 YR4 El 2024 YR4 es un asteroide que pertenece a la categoría de los APOLO, objetos cercanos a la Tierra, que cruza la órbita de la Tierra. Fue descubierto el 27 de diciembre de 2024 por el sistema ATLAS (Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides) y, por el momento, tiene una probabilidad de impacto con la Tierra de un 3%, siendo la fecha de la cita el 22 de diciembre de 2032. De los primeros análisis que se han realizado de su espectro, se cree que es un asteroide rocoso tipo S, significando esto que es más denso al ser rico en metales tipo hierro y magnesio. Curiosamente, suelen estar en la zona del interior del cinturón de asteroides. En cuanto al tamaño, sólo podemos dar una estimación a partir del brillo y asumiendo los porcentajes de luz que el asteroide irradia hacia el espacio. Teniendo en cuenta esas posibilidades, su tamaño oscila entre los 30 y los 150 metros. NASA se inclina por los 50 metros, que es también el tamaño del meterorito que causó el cráter de Arizona o el “evento tunguska”, en 1908.