Lancia Strattos: ¿El primer coche del Grupo B?

El Garaje Hermético de Máximo Sant - Un pódcast de Máximo Sant

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Hacemos este podcast gracias a la colaboración de la revista CEROaCIEN que, cómo os digo siempre, es el sueño de cualquier periodista y de cualquier aficionado: Información fiable, de calidad y no siempre conocida. En esta ocasión dedican ¡¡80 paginas!!! a esta historia, incluso detalles muy poco conocidos… Para mi CEROaCIEN es una revista imprescindible para el buen aficionado. Todo esto lo puedes encontrar en el texto descriptivo… ¡y no olvides que de regalos hay láminas y adhesivos! Tenía ganas de hacer un monográfico del Lancia Stratos y de repente me llega por correo, el número 15 de mi revista favorita con el Stratos en portada. Os vuelvo a recordar que CEROaCIEN solo se vende online y que si eres garajista tienes un descuento usando el código GH5… Os preguntareis, ¿Cómo puede ser el Lancia Stratos, presentado en 1973, el primer Gr. B, un reglamento que apareció en 1982?” Cierto. Hasta la llegada del Gr.B los coches de rallye eran coches “de calle” preparados para correr, mientras los Gr.B eran coches nacidos para la competición… el Stratos se adelantó a todos, era un coche de calle, pero nacido para la competición. Vale la pena repasar su historia y sus curiosidades… ¡que son muchas! Y es que el Stratos, en realidad los Stratos, porque son dos, tienen una historia apasionante y llena de curiosidades. Y vamos por el principio… por mí principio. Siempre digo, mantengo y demuestro que la realidad supera a la ficción. Cesare Fiorio, quién acabaría siendo director deportivo de Ferrari, ocupaba ese mismo cargo en Lancia. Con el pequeño Fulvia de tracción delantera y curioso motor V4 habían conseguido buenos resultados en rallyes, pero la llegada de los Alpine A110, Ford Escort, con motores de hasta 1.800 cm3 y sobre todo Porsche, con su potentes 911, le estaba complicando la vida a Lancia. Además, en un mal momento, justo cuando Lancia, ya dentro del grupo Fiat que la había adquirido en 1969, más necesitaba reivindicarse y hacerse notar… Bertone, estaba falto de trabajo. Era consciente que tenía en sus filas si no el mejor uno de los mejores diseñadores del momento y de la historia: Marcello Gandini. Bertone quería mantener a Lancia como cliente, que lo estaba perdiendo a manos de Pininfarina y Zagato. Además, intuía que el Fulvia, modelo clave para la marca, estaba al final de su carrera y decidió hacer un prototipo espectacular que atrajese la mirada de todos los aficionados y profesionales… y sobre todo la de los responsables de Lancia. La idea era crear un modelo que fuese algo insólito, único, espectacular e innovador… justo lo que Marcello Gandini sabía hacer. La semilla del Lancia Stratos estaba sembrada. No fue fácil, como querían sorprender a Lancia no contaron con ellos, compraron un siniestro de Fulvia para aprovechar la parte mecánica y la suspensión trasera, porque una de las condiciones que había puesto el jefe, Bertone, es que tenía que ser un prototipo real, funcional, que se pudiese conducir. Nos vamos al 28 de octubre de 1970 cuando se inaugura la Feria del automóvil de Turín. Fiorio va paseando y al llegar al stand de Bertone se queda petrificado: Vio un coche que podía haber salido, perfectamente, de una nave espacial. Fiorio se enamoró del coche y, sobre todo, se enamoró de la audacia de ese planteamiento y pensó que esa audacia, ese planteamiento novedoso, ese romper con las reglas era lo que necesitaba para su nuevo coche de rallyes.Esa noche no durmió y se le ocurrió la idea que es clave en el Stratos: ¿Y si en vez de esperar a que Lancia lance un nuevo modelo y prepararlo, no lanzamos un modelo pensando en la competición?” Consiguieron una cita en la sede de Lancia a la que, para dar un golpe de efecto, acudió en el Stratos Zero… la gente que lo veían pasar por las calles de Turín se quedaban paralizados… Uno de los momentos cumbre es cuando el vigilante que había en la barrera les dijo que podían pasar y pasaron con el Lancia Stratos… antes de que subiesen la barrera. Este prototipo, con sus 84 cm de altura, pasaba por debajo. ¡Lo que te podrías ahorrar en peajes! El genio de Gandini se pone en marcha para crear probablemente el coche de rallyes más icónico de la historia y que fue en su momento casi invencible…Pero esta historia os la voy a contar de curiosidad en curiosidad. Sin motor. Algo muy sorprendente del Stratos es que Marcello comenzó a diseñarlo con muy pocas instrucciones, básicamente que tenía que ser un coche ligero y ganador… ¿y que motor le ponemos? La solución Dino. Costó, pero al final convencieron a la Ferrari para que cediese el excelente V6 “DINO” para motorizar el definitivo Stratos HF. Diseñado… en vacaciones. El objetivo era presentar el Stratos HF en el Salón del automóvil de 1971… y al llegar el verano de ese año empezaba a masticarse la tensión: No iban a llegar. Las vacaciones de agosto de 1971 fueron todo menos vacaciones Gandini que trabajó a contrarreloj ese mes de agosto con sus mejores modelistas: Di Camillo, Bottalico y Gasparro. Un apretón de manos. Ugo Gobatto y Cesare Fiorio llegaron a Maranello para reunirse con Enzo Ferrari. Pero llegaron en buen momento. Un simple apretón de manos entre Ugo y Enzo sirvió como el mejor de los contratos. “Hay que hacer 500”. Para poder homologar un coche debían fabricarse 500 ejemplares… pero no era fácil fabricar 500 Stratos en poco tiempo. Stratos y Miura, hermanos. Gran parte de la responsabilidad de lo bien que iba el Stratos como coche de competición recae en el genial Gian Paolo Dallara… seguro que este nombre os suena y es que este ingeniero de formación aeronáutica había trabajado con éxito en toro proyecto de éxito: El Lamborghini Miura. Hubo versión turbo. Muy pocos se acuerdan de la versión “Turbo”, que la hubo. Al final de su vida en los Rallyes se diseñó una versión para circuitos a la que se le instaló un turbo… bueno, y se aumentó la distancia entre ejes hasta los 2,29 m para que fuese más fácil domar a la “bestia” … que llegó a dar 550 CV. Nacido para la competición. La primera vez que te subes a un Stratos piensas… “pero ¡qué es esto!” Es pequeño, muy claustrofóbico, con una visibilidad hacia atrás nula, el ruido del motor perforando tus tímpanos, con una dirección directísima, muy incómodo y tremendamente nervioso. Como deportivo de calle el Stratos HF es uno de los coches más incomodos y delicados de conducir que he probado jamás… y uno de los mas gratificantes.