Historia del Dodge Viper
El Garaje Hermético de Máximo Sant - Un pódcast de Máximo Sant
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El Dodge Viper es un coche muy americano… y al mismo tiempo, muy diferente a los demás coches “Made in USA”. Tras el vídeo que hice titulado “¿Por qué los coches americanos son tan malos?” muchos me dijisteis que era evidente que no me gustaban los coches “yankis” … pues a lo mejor no todos, pero éste, desde luego, sí. Por cierto, ¡y no lleva motor de camión! Sino de Lamborghini… Recordemos que es esos momentos Lamborghini era propiedad de Chrysler y en el primer prototipo “serio”, el VM01, se instaló un motor V8 tipo 360 procedente la Lamborghini. Pero les pareció poco… Y nace el prototipo VM02. Con la ayuda de los ingenieros de Lamborghini, más acostumbrados a trabajar con bloques de aluminio, diseñaron un V10 de 8 litros, relativamente ligero, aunque pesase 300 kg. y que ofrecía 405 CV a sólo 4.600 rpm… Eso permitía una aceleración de 0 a 100 en 4,6 segundos. Ya tenemos motor, pero, ¿Cómo nace este “aparato”? Pues gracias a un suizo… porque el Sr. Lutz nace en 1932 en Suiza… tiene nacionalidad norteamericana y suiza. Y es uno de los pocos ejecutivos que ha trabajado en las “tres grandes” americanas, Ford, GM y Chrysler. Y era un enamorado de los coches deportivos y admirador de los Shelby Cobra. Siendo Lutz presidente del grupo Chrysler se juntó con el diseñador de la casa, Tom Gale y hablaron de cuánto les gustaban los coches clásicos americanos, y en concreto, como no, los Shelby Cobra… era 1988 y Bob Lutz dijo… “¿por qué no hacemos un coche deportivo moderno inspirado en los Cobra?”. Y un año después, en el Salón de Detroit de 1989, se presentaba un prototipo. Me encanta decir eso de “yo estuve allí” … pero es que estuve. Pero, resacas aparte, lo cierto es que el coche gusto… como se suele decir, tuvo éxito de “crítica y público”. Tanto fue así que Lutz dio luz verde al proyecto… poniendo a trabajar a 85 ingenieros en ese coche de forma inmediata. Y trabajaron firme porque en 1991 nada menos que el mismísimo Carrol Shelby condujo una unidad de pre-serie como Safety Car en las 500 Millas de Indianápolis… un año después comenzaba su fabricación. Esos 85 ingenieros hicieron lo que se les encargó: Un coche de carreras matriculable… y se pasaron. Realmente el primer Viper, el RT/10 no es que fuese incómodo, ¡era un potro de tortura! El chasis de tubos era muy rígido y ligero, sobre todo en términos de “coche americano”. Las suspensiones también eran duras como piedras, entre otras cosas porque la distancia al suelo era mínima… cualquier baden o “guardia tumbado” europeo, era una trampa para el Viper. Inicialmente, las puertas no contaban con cerradura. Para poder abrirlas, había que retirar unas ventanillas de vinilo que estaban fijadas con cremalleras para acceder al tirador interno de la puerta. Un verdadero lío. La habitabilidad era escasa… y el calor insoportable… ¡incluso en invierno! Y lo peor, es que la opción del A/A, a mi modo de ver imprescindible, se hizo esperar esta 1994. La dirección era muy directa y asistida… pero dura. El embrague era de corto recorrido y duro… el cambio de seis marchas, manual, era rápido y preciso… y duro. Las suspensiones tenían un diseño excelente… pero eran duras… realmente había que estar fuerte para llevar este primer Viper. ¿Una tortura? Sí, pero una maravillosa tortura. Incluso para su época, un peso de 1.500 kg no era tanto… hoy día es casi un “peso pluma”, pero os recuerdo que el motor tenía 406 CV y el par era de 630 Nm… con esos rodillos y sin electrónica, no era un coche para novatos… Mucho más refinada fue la versión GTS coupé que contaba un techo con “burbujas” pensado en llevar casco y un motor potenciado hasta los 450 CV. Según la marca, era otro coche, pues el 90 por ciento de los componentes eran distintos entre el GTS coupé y el RT/10 Cabrio. El equipamiento mejoraba exponencialmente, con cierre centralizado, elevalunas eléctricos, Radio-CD, airbags y unos nuevos asientos con los cinturones incorporados. Además, en este 1996 nace la versión GTS-R destinada a la competición, que entre otras cosas contaba con motor de 470 CV y un paquete aerodinámico, con un llamativo spoiler delantero y un gran alerón trasero. Para entonces Chrysler pertenecía al grupo FCA, “Fiat Chrysler Automóviles” cuyo CEO en ese año era Sergio Marchione. Para justificar la desaparición de este modelo dio dos argumentos: ”Su bajo nivel de ventas y la obligación de instalar airbags de cortina en todos los coches a partir de dicho año”. Coche del día. ¡Por qué conformarse con uno! ¡Ni con dos! ¡Vamos con tres! Os traigo esta joya que guardo como “oro en paño”. Una edición especial de la marca y de la serie “Historical Teams”, de la marca Fly Car Model. Son los tres Dodge Viper del Team Oreca que participaron en las 24 Horas de Le Mans de 1998… preciosos… ¿o no? Y además, van como tiros.