Historia de los Peugeot 205 más deportivos: Rallye GT, GTX, GTi y T16
El Garaje Hermético de Máximo Sant - Un pódcast de Máximo Sant
Categorías:
El Peugeot 205 ni era Peugeot ni iba a llamarse 205… pero salvó a la marca de la quiebra. Este modelo es un hito, pero todavía más lo son sus versiones deportivas, algunas míticas, otras dominadoras del mundo de la competición y otras… injustamente olvidadas. Pero aquí, en Garaje Hermético, no nos olvidamos de ningún coche. El Peugeot 205 fue un coche que lo tuvo todo: Era bonito, bien hecho, con una amplia gama, con motores de todo tipo y con múltiples versiones deportivas que son en las que nos vamos a centrar. A finales de los 70 y primeros años 80, Peugeot tenía graves problemas. Era una marca considerada muy conservadora, demasiado conservadora, por el público en general. Con una gama con “agujeros” como el que había entre el Peugeot 104 y el 305, uno de los segmentos de mayores ventas. Una de las primeras medidas fue deshacerse de Simca. Y fue entonces cuando se produjo el milagro.Y es que, revolviendo entre los papeles de Simca, apareció el “Project M24” iniciado en 1976 y que definía un utilitario de tamaño pequeño/medio de dos volúmenes y que se situaría por debajo del Simca 1200 español, Simca 1100 en Francia. A Peugeot le pareció una oportunidad y decidieron llamarlo 205. El diseño de Gerard Welter dio en diana y el coche fue un éxito rotundo… al que colaboraron sus versiones deportivas, sobre las que hablaremos ahora… si queréis una historia más detallada del 205, como dice la frase bíblica, “pedid y se os dará”. 205 Rallye. ¡De competición! (1988). Este es, en ocasiones, un olvidado, pero no un “gran olvidado” … esos vienen después. Hace poco hablé en mi podcast de “AMR” sobre este coche que probé muchas veces y me encantó. Era un modelo destinado a la competición, en la categoría de menos de 1.300 cm3, con un motor de esa cilindrada que subía hasta las 7.000 rpm para ofrecer 103 CV. 205 GT. Un gran olvidado (1983). Cuando hablamos del Simca 1.200 hablamos de la variante Ti que tanto me gustaba… y este motor de 1.442 cm3 llamado “Villaverde” es el que usaba el 205 GT, un gran olvidado. En Francia, y en España más tarde, llevó un motor más moderno el TU de 1360 cm3 e idéntica potencia. 205 GTX. El GTi “de los pobres” (1986). De cilindrada similar a los GTi, en este caso hablamos de un motor español, procedente del Talbot Horizon, con 1.592 cm3, carburador de doble cuerpo y 95 CV… que no estaban más, pero quedaban algo lejos de los 105 CV del primer GTi… y muy lejos de los 130 CV del último. 205 GTi 105 CV. El mejor (1984). PSA metió bajo el capó del 205 el motor XU5J procedente del BX con encendido e inyección electrónica, una de las mejores del momento, la L-Jetronic. El motor era potente, pero sobre todo suave como la seda, en las antípodas de los turbo de esos tiempos. Unos retoques por dentro y por fuera, una suspensión muy afinada hacían el resto. 205 GTi 115 CV. Ni chicha ni “limoná” (1986). Me he puesto castizo y es que el GTi de 115 CV no ofrecía unas prestaciones muy superiores a la versión de 105 CV, pero si conseguía una cosa: Romper el delicioso equilibrio entre prestaciones, suavidad y sencillez de conducción que tenía la versión inicial. Por cierto, sobre esta versión nace el descapotable CTi obra de Pininfarina. 205 GTi 130 CV. ¡Carácter! (1987). Apenas meses después se da una vuelta más de tuerca y se presenta el GTi con 130 CV… ¡a la porra el equilibro del chasis! Pero este motor XU9JA procedente del BX GTi tenía altos, bajos portentosos, empujaba a cualquier régimen y convierte al GTi en un coche endiabladamente rápido… 205 T16. ¡El huevo o la gallina! (1983). Imitando sin tapujos a Renault y a su 5 Turbo, Peugeot hizo lo mismo con el 205. La idea era competir en el “feroz” Grupo B con un coche que el público identificará con los que se podía comprar en el concesionario. El Turbo 16 era un espectáculo ya en parado, con sus enormes aletas, enorme alerón, motor central en el lado derecho de 1.775 cm3, 16 válvulas, turbo y 200 CV en su versión de calle y, por supuesto, con tracción total. El de competición se dice que alcanzó los 550 CV.