Historia de la Gasolina. Te vamos a sorprender

El Garaje Hermético de Máximo Sant - Un pódcast de Máximo Sant

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¡A ver lo que sabéis de coches! ¿Qué fue antes, los motores de explosión o la gasolina? Si has respondido que la gasolina, te has equivocado. Y como castigo, tendrás que oir este podcast. Y si has acertado, como premio, tendrás que oir este podcast, donde te contamos muchas curiosidades sobre este combustible, entre ellas el papel clave del magnate Rockefeller en este asunto. Porque el archimillonario Rockefeller tiene un papel clave en la estandarización y venta de la gasolina… ¡llegó a tener prácticamente el monopolio mundial! Te vamos a contar qué es exactamente la gasolina, de dónde surge el nombre, como el petróleo se tiraba porque no servía para nada y algo muy olvidado, lo mucho que la gasolina ha colaborado en la evolución del automóvil. Parece lógico pensar que la gasolina se inventó antes que el motor… Pensarás “¡Pero sin gasolina no puede haber motores!”. Pues no es así, es cierto que no puede haber motor sin combustible, pero el único combustible que había no era la gasolina. Antes que el señor Nikolaus August Otto diseñase y patentase el motor de 4 tiempos en 1876, que muy mejorado se sigue utilizando hoy día, hubo un motor y una patente anteriores. Me refiero al belga Jean Joseph Étienne Lenoir que patentó un motor de combustión interna parecido a un dos tiempos que patentó en 1860 y que desde luego, por potencia y tamaño no era tan bueno como el de Otto, pero fue que sepamos el primero. Incluso hizo un coche, el Hippomobile. Ambos motores tienen una cosa en común usaban otros combustibles, como el gas, el aguarrás, el metanol, algunos procedentes de la destilación del carbón y otros combustibles, diversos alcoholes e incluso petróleo refinado. Este petróleo “refinado” era un subproducto del petróleo, pues del petróleo se extraía alquitrán y otros productos, lubricantes y lo que sobraba, que era más volátil que nuestra gasolina de ahora, era “éter de petróleo”. Parte de este éter se vendía en las farmacias y sobre todo en las droguerías de la época para usarlo como disolvente de pintura y como quitamanchas, pero la mayor parte se tiraba… ¡cómo han cambiado las cosas! Si recordáis el famoso viaje de Bertha Benz en el Benz Patent Motorwagen recordaréis que paraba a repostar en las droguerías y farmacias. Lo bueno de estos motores es que no eran demasiado exigentes y casi cualquier combustible que fuese volátil, les servía. Se sabe que hubo yacimientos de petróleo desde la antigüedad, casi todos encontrados de forma casual, en Mesopotamia, en regiones de china, norte de África y medio oriente, y se utilizaba para asfaltar los caminos, para quemarlo en lámparas de iluminación y para “calafatear” o impermeabilizar barcos, para cocer ladrillos… y poco más. Pero a alguien se le ocurrió destilarlo y separarlo en diversos componentes como el alquitrán, productos impermeabilizantes, lubricantes, incluso productos de belleza… y sobraba la parte más volátil que, en muchos casos, como os he dicho, se tiraba. Y a primeros de los años 1860 surgieron los primeros pozos de extracción y las primeras refinerías, las primeras de ellas en los USA, en concreto en Pennsylvania y en la costa Este. Y era un lio, porque perforabas en terreno y hasta que conseguías controlar la salida de petróleo se encharcaba todos y se contaminaba al agua de los alrededores… y además sus características cambian según el yacimiento de donde vengan… había que estandarizar. A ver, que nadie lo dude, el señor John Davison Rockefeller tenía dos características: Su notable inteligencia y su notable falta de escrúpulos… una combinación que le permitió convertirse en la persona más rica y poderosa de su tiempo. Su negocio prosperó en la guerra Civil Americana, en la que vendía de todo a ambos bandos. Pero fue un visionario. Primero, anticipó que la necesidad del petróleo y sus derivados iba a caer en picado, pues se usaba en la iluminación y la llegada de la electricidad lo iba a sustituir a toda velocidad… como así fue. Y luego porque también anticipó que el petróleo iba a ser importante para otros cometidos, entre ellos mover los recién inventados automóviles, que estaban creciendo de forma exponencial. Y estaba el problema de que cada gasolina o éter era distinto… había que estandarizar estos productos. Y de la mano de Rockefeller nace una nueva compañía la Standard Oil que comienza a vender productos de calidad estándar en todos los USA y en gran parte del Mundo. Os voy a dar dos datos que os parecerán increíbles: Rockefeller llegó a controlar más del 90 por ciento del mercado del petróleo de los USA y más de 70 por ciento de todo el Mundo. Un mérito importante de la Standard Oil fue adaptarse al mercado. Porque muy al principio de la expansión del automóvil los motores necesitaban combustibles muy volátiles, porque para que funcionasen los carburadores tenían que convertir la gasolina en vapor. Estos combustibles, que eran esos primero “éteres” y luego llamaron “gasolinas ligeras” eran muy volátiles, más caros de refinar y peligrosos de manejar y transportar, precisamente por su volatilidad. Pero un genio, Wilhelm Maybach, inventó un carburador en el que la gasolina no se “evaporaba” sino se pulverizaba… un sistema que se sigue usando hoy día, aunque ya casi no hay vehículos nuevos con carburador… usados, a millonadas. Y se inventó la llamada “gasolina media”, que es la “madre” de la que usamos hoy en día. Esta gasolina estaba compuesta por un rango de moléculas más amplio, se podía aprovechar una mayor parte de petróleo, era menos volátil, más segura, con una mayor concentración de energía y, además, más barata de producir. No podemos acabar esta historia sin contaros de donde viene el nombre de gasolina, que también tiene su gracia. Y tiene que ver con “egos” y con demandas. El escritor inglés John Cassell estaba en los USA a mediados de los años 1.800 y vio el nacimiento de este derivado del petróleo. Cuando habló de él en Europa lo llamó “Cazeline”, supuestamente un derivado de su nombre. Y comenzó a importarlo. Pero un simple tendero de Dublín comenzó a copiarlo y cuando Cassell lo demandó simplemente cambió la C por una G y la “Cazeline” comenzó a llamarse en Europa “Gazeline” que evolucionó a “gasolina”. Digo en Europa porque en otros países de habla Hispana se la denomina Nafta o Bencina. La conclusión es muy sencilla: ¡Qué gran invento! ¿Qué hubiese sido de nosotros sin la gasolina? Y hemos elegido como coche del día un coche muy especial… ¡Vamos a gastar gasolina! ¿Qué os parece como coche del día un nuevo Ford Mustang 5.0 Ti V8 manual de 450 CV? Si, gasta 12 litros a los 100 km pero… ¡vale la pena!